Gasté todo lo que alguna vez fue mi ahorro,
lo que muchas privaciones no fueron suficiente,
odas, tercias y cuartetas, susurros, palabras y gritos,
ritos, celebraciones, cultos, brindis y poesía,
imágenes que se resquebrajaron sin perecer,
anocheceres no deseados que me tienen aún aquí.
Alucinaciones sin consumir sustancias sicotrópicas,
necedades que no justifican utopías humanas;
deseos de lo bestial del ser humano,
realidades que nos obligan a poner los pies en al tierra;
eternidades que nunca fueron eternas,
amores que nunca resultaron verdad.
Fui compañero de viajes del amor
cuandouna vieja carreta tirada por tristes bueyes
emprendió su huida desde la fría Victoria;
nada hacía presagio de los lugares por descubrir,
todo extasiaba mis sentidos, todo era sueño,
en esta huida todo era sueño, todo tenía sustentación;
amaneció por fin la eterna noche,
lo que era sueño cedió su paso a lo real;
bastantes confesiones por hoy…
amanecer, irrumpe como el río y hazme olvidar.
Soy, lo que el pasado oscuro trajo,
aire cálido que la cordillera confundió con el mar;
nubes eternas emprenden la huída,
días grises de otoño que llegan a su fin;
oberturas de nuevos días,venas abiertas que aún sangran,
almas gemelas que no se reconocerán,
líos y otros líos por tratar de olvidar.
sábado, 7 de marzo de 2009
sábado, 17 de mayo de 2008
solo como respaldo
1
Largamente empinado en pos del azul
hasta alcanzar un cielo que se torna gris,
los pies firmemente atados
a raíces que hunden en la reseca tierra.
Las montañas, a lo lejos,
me recuerdan siluetas corpóreas
de no recuerdo, cuál desordenada cama.
Prisionero del sin sentido
en un eterno retorno al hastío
de otro nuevo día que comienza.
Comienzo a despojarme del vestido añoso
en otro otoño que deja al descubierto
otra vez mi desnudez.
Sacudido por la brisa del medio día
cual vetusto desgastado tras el paso de las horas,
soy mecido en la búsqueda del necesario sueño.
Mustio final para quien imaginó grandes sueños,
hoy, adulto álamo que espera el golpe de gracia
de afilada hacha que interrumpa el flujo de la vida.
Sólo el recuerdo y la visión de una silueta montañosa,
permite afrontar en serena paz
como se interrumpe el fluir de la sabia de la vida.
Si es el final, que sea en paz,
en la serenidad de quien o guarda rencor,
con la tranquilidad de quien vio pasar muchos otoños
sin haber sido capaz de liberar los píes
atrapados firmemente a raíces subterráneas,
pero con la certeza de quererte hasta la eternidad
2
Átame a tu cintura,
que tus dedos y los míos se aferren
como un tejido metálico.
Detenme con hechizos y encantos,
domestícame hasta convertirme
en un tierno cachorro.
Destruye los puentes,
atocha de vehículos las carreteras,
descarrila los viejos trenes.
Los aviones por aquí no pasan,
sí has de preocuparte por alas,
que sea de las mías.
Oigo voces por los caminos,
me están llamando los rieles,
mis alas otra ves quieren emprender vuelo.
Se está inquietando el Eterno Caminante.
Átame otra vez a tu cintura,
o emprende vuelo conmigo.
3
Otra vez los gruesos goterones
insisten en golpear los cristales.
Lo que empañó mi aliento vital
ha sido borrado mágicamente
por saladas lágrimas que caen del cielo.
El invierno perezoso tarda mucho en marcharse,
tenue es el emerger de cálidos sentimientos,
que otra vez tan pronto desaparecen.
Sólo me quedo ante la vieja ventana,
solo con la sombra de mi silueta triste.
Solitaria se torna la acera,
solitaria también mi habitación;
torrentes caen de mis negros ojos.
Los golpeados cristales no generan voz
que susurre esperanza a mis oídos.
La primavera fue solo un sueño,
el invierno, nunca se marchó.
¡Que día! Otro sueño que ilumino mi cuarto
desapareció cuando los gruesos goterones
golpearon los empañados cristales.
4
Frías son las sábanas esta noche
en que la conciencia me ha hecho caer en cuenta
que en la carretera de la vida estoy solo.
Nunca antes este lecho en que reparo mis fuerzas,
fue sentido como un estorbo,
un nido en el que no quiero echar mi humanidad.
El colchón antes placentero se ha tornado duro,
la almohada no logra atrapar mis pensamientos
y el sueño se extravío por sucia calle.
Sigo aquí, en una cama que no me pertenece,
entre muros que nunca serán míos.
Unas cuantas pertenencias en perfecto desorden
y muchos sueños que quedaron atrapados
en una lejana estación de trenes.
Las sábanas continúan heladas,
sin otro aroma que el de mi propia humanidad.
Lástima que la soledad no tenga olor
que haga más llevadero el paso de las horas.
Esta noche he odiado esta cama.
El recuerdo a volado a antiguo lecho
rebosante de aromas, caricias y besos.
La soledad es derrotada por el sueño.
El nuevo día, por la ventana comienza a clarear,
mi fatigado cuerpo ha reposado en este nido.
Un aroma conocido en otro tiempo,
permanece adherido a mis fosas nasales.
El despertar se hace sereno,
y ahora…,
de estas arrugadas sábanas no me quiero separar.
5
NO
Una pequeña embarcación valdiviana,
transportó algo más que dos cuerpos,
en un día de verano amenazado por la lluvia.
Las aguas dóciles del navegable río
se tornaron agitadas tras su encuentro
con un pacífico que lo contempla
con amenazante sacudir de olas.
Allí nos contemplaron los espectros.
Envidiosos los espíritus del maremoto
no pudieron detener los cómplices pasos
y la intromisión de almas gemelas,
en la tierra en otros tiempos
sacudida por las grandes olas.
Valdivia nos cobijó por corto tiempo,
los grandes fuertes españoles
se hicieron débiles obstáculos.
El amor se vio fortalecido.
Como el río, todo se deslizó en paz.
Ni la furia de Neptuno se desató
cuando en el fluvial camino
desembarcó el amor.
6
Todo resultaba extasiante perfección,
los sueños acudían a nuestro encuentro.
Nosotros atados por las manos,
tendidos plácidamente en el suelo,
parecíamos tocar un cielo nuevo.
Las nubes diminutas danzaron alegremente,
cuando escucharon nuestro alocado plan.
El sol tibiamente nos acariciaba
prometiéndonos su energética compañía.
Nosotros también nos acariciábamos
y prometíamos amarnos toda la eternidad.
Pero soñando nos encontró el temporal,
un viento huracanado separó los sueños.
Hoy solo queda el nítido recuerdo,
de dos manos atadas tiernamente
y dos cabezas que soñaban mirando al cielo.
Las nubes diminutas crecieron,
hoy no es posible mirar el azul del firmamento.
Los sueños volaron muy lejos,
el sol olvidó su promesa.
Yo, como si fuera hoy,
recuerdo las mías,
tal vez el viento suave tras la tempestad
traiga de vuelta las promesas tuyas.
7
Es casi una esquizofrenia,
oigo las voces chillonas,
son de nuevo los viejos rieles
que no se cansan de llamarme
otra vez a viajar solo.
Y, ¿si mis oídos se hacen sordos?
Y, ¿si compro dos boletos?
Voy a mantenerme lejos de esta vía.
Si he de viajar será por mar,
y tú y yo seremos dos puntos diminutos
que surquen la inmensidad del océano
en pos de un nuevo horizonte.
Junto a ti, será mi último viaje.
Las grandes olas serán mecedora
para los nuevos sueños,
las gaviotas serán guías,
unos marineros ciegos
conducirán la embarcación del amor
hacia el puerto de la renovada pasión.
Nuestro equipaje solo tu historia
desde que se cruzó con la mía.
Ya está sonando el silbato.
Mi voz, la voz del capitán
que te indica que ya es hora de embarque.
Une tus pasos a los míos,
ya es hora de zarpar.
Otra vez viajaré, es cierto,
pero esta vez tu serás mi brújula,
por eso no temo extraviarme
por desconocidos valles.
Yo seré la bitácora de tu viaje
y el amor, nuestra carta de navegación.
8
Un pequeño punto luminoso
en el oscuro firmamento
ha llamado poderosamente mi atención.
Un lucero lejano,
quizá un sol a millones de años luz,
me muestra un punto en el espacio,
a dónde solo en sueños podré llegar.
Una pequeña estrella ilumina la noche,
mi noche, porque para ella
tal vez sea un radiante medio día.
Es ilógico que sea pequeña,
ante ella soy yo el diminuto,
un pequeño punto en el infinito del espacio.
Soy eterno caminante
en mi limitado y corto tiempo.
Alcanzar aquella estrella,
no es tarea sino para cosmonautas.
Mis pequeños pies trajinan,
solo pegadas al polvo de la tierra.
En otro espacio y en otro tiempo,
está aquella luz que extasía mi mirada.
Caminante de otras galaxias,
solo en pobre sueño.
Soy caminante diminuto
de un sendero polvoriento,
en eterna de búsqueda
de una estrella diminuta.
Luz misteriosa y extasiante
que emergió en Chiloé.
9
La mano firme y callosa,
adherida al mohoso arado,
surca una y otra
vez la fértil y húmeda tierra.
La esperanza es una estrella
que brilla como un sol
junto a espinosa cerca
de un sueño a punto de concretarse.
Los bueyes, uno al lado del otro,
lento, pero seguro el tranco,
no aflojan en su tarea de tirar
la esperanza del moreno agricultor.
La semilla vendrá luego,
ahora es tiempo de preparar el terreno.
La esperanza sigue brillando.
La tierra se torna un tejido hermoso
de un surco y luego de otro.
La semilla está próxima,
yo terreno preparado,
te aguardo con paciente esperanza,
mientras la estrella
se hace brillante y cercana.
10
Las manos en la cintura,
la vista fija en la orilla.
Espuma y algas en extraño juego,
salen y vuelven para ocultarse.
La salada agua casi llega a mis pies,
en su intento desinteresado,
por invitarme a un desconocido juego
de los espirituales habitantes del océano.
Una llovizna salada
de aguas azotadas contra roca,
quieren sacarme del letargo,
que me tiene manos en la cintura,
evocando el recuerdo de otros días.
La arena se ve invadida,
y a veces entra en el juego.
Las rocas estoicamente resisten
el castigo milenariamente cruel
que ya ha socavado gran parte de su piel.
El juego continúa más próximo,
mis zapatos se sienten húmedos.
La vista fija en el extraño ritual,
agua, arena, algas,
se recogen y vuelven a emerger.
El movimiento cíclico,
extasía, relaja y te evoca.
Los espíritus marinos,
continuarán jugando.
Yo, regreso a la soledad en que me dejaste.
Con los zapatos húmedos,
pero con el alma en paz.
11
No
El humo de la chimenea se eleva al cielo.
La nieve comienza a vestir de blanco
las altas montañas que ayer vestían de gris.
Los pájaros presurosos buscan refugio
entre las ramas ya humedecidas.
El fuego congrega sentimientos
y de mi infancia acuden los recuerdos.
Soñando mi propio nido,
la mente viaja al frío de mi niñez.
Con añoranza del nido original,
de la fuente de los más genuinos afectos.
Nostálgicamente me sorprende la noche,
al calor de los recuerdos viaja mi espíritu,
mientras el humo busca la cumbre
de los recién blanqueados cerros.
En la soledad del melancólico,
con la esperanza de cálidos días,
mi mente ha viajado hoy,
a la Victoria de mi infancia,
donde el calor de sólidos afectos ,
me permite soñar en paz.
12
Como un pequeño gorrión,
sobre la débil y verde copa
de un empinado álamo
contemplo el cíclico movimiento
en que trascurre apacible el día.
Pecho al frente,
cabeza erguida,
la vista fija en un solo objetivo.
Las alas se abren bruscamente
y planeo a otro árbol más cercano.
A lo lejos,
se ve agitada la ciudad,
aquí,
entre árboles danzantes,
todo es calma, todo es paz.
Como un pequeño gorrión,
en la sima del simbrante álamo,
preparo las pequeñas alas,
para volar junto a ti,
en libertad.
13
NO
La flor se ha marchitado,
la muerte comienza a mostrar
su temida presencia.
El botón adquiere color rojizo,
las hojas arrugadas se contraen
hasta tornarse un amuñado paquete
de sequedad y muerte,
que espera ser sacudido por el viento
hasta caer y convertirse en nutriente de la tierra.
Es otoño y el ciclo de la vida
se asomó a mi ventana.
Muerta la flor,
evoca otros días de hermosura y tercedad
con que se vistió este jardín.
No hay tristeza, ni dolor,
hermosa la muerte posa sobre las verdes ramas.
Pétalos resecos,
botones que languidecen,
tierra expectante,
nutriente de fértil valle
que en primavera aún lejana,
restaurará la vida en mi jardín.
14
Con la lentitud propia de la paciencia
el manto gris ha comenzado a bajar.
Centímetro a centímetro,
la montaña antes brillante
se ha comentado a vestir de gris.
Los últimos pájaros vuelan
en un presuroso refugiarse a sus nidos,
los árboles agitados por la brisa,
también se colocan el lutoso atuendo
en esta extraña tarde de inicios de siglo.
Unos grillos cantan a lo lejos,
sacudiendo la pereza del diurno sueño.
Las estrellas destellan pálidamente,
confundidas en el azul-gris,
con que se ha vestido también el cielo.
El aire, ahora fresco se ha colado
por mi entreabierta ventana.
Mis párpados parecen cansado,
la pupila bien dilatada,
contempla el morir de otra tarde.
En el crepuscular atardecer de este valle,
mientras la cortina de la noche
lo va cubriendo todo,
la luz de las estrellas ya alcanzan un brillo intenso,
los grillos se hacen un coro multitudinario.
Antes de cerrar la pequeña ventana
mi mente te ha traído a mi lado.
15
Instrumentos no humanos,
voces otorgadas por la madre tierra,
dan origen a sinfónica melodía.
Agudizado el oído,
la pauta musical se hace clara.
Por el arpegio de imaginaria guitarra
el viento comienza a interpretar
la suave y bella sinfonía.
Cercanos pájaros en vuelo rasante
percusionan con sus alas;
las aves más pequeñas,
desde la empinadas ramas
agregan angelicales voces.
Todo se torna melodioso,
hasta el agua de un riachuelo cercano
agrega sus notas a esta partitura.
Mi respiración se hace pausada:
Hasta el aire que penetra
para luego ser expirado
de mis fosas nasales ,
parece sumarse a lo sinfónico.
Ante el cántico de la naturaleza,
el ruido del progreso se ha hecho silencio.
El gran concierto del ciclo de la vida
continua nítido en mis oídos.
Mi cuerpo se queda en paz,
mi mente vuela lejos y te trae hasta aquí
para que disfrutes, conmigo,
este magnánimo concierto.
16
Una mariposa perezosa
desafío el avanzado otoño,
quizá en su último vuelo
de una tibia mañana de mayo.
Tarde te sorprendió la vida,
la naturaleza te dotó de alas
cuando la temperatura es baja
y la amenaza de perecer está cercana.
Un vuelo hermoso, rasante,
de libélula alada,
prolonga la esperanza en un jardín
que comienza a vestirse
el mísero atuendo otoñal.
Blancas alas se siguen batiendo,
inspiradas, tal vez,
por los tibios rayos de sol.
El viejo jardín, aún con vida,
ya casi ausente de colores,
no quiere dejarte ir.
Una mariposa que vuela en otoño,
es signo de renovada esperanza.
El viejo jardín otoñal,
que acoge la tierna visita
ha rejuvenecido el espíritu,
en la esperanza de una,
aún lejana primavera.
Mientras tanto,
se resiste a dejarte ir.
17
Una estaca, un alambre,
otra estaca y otro alambre.
Un barrote y otro barrote,
una reja entre mi ventana
y el hermoso jardín.
Un cigarrillo y otro más;
mientras el nicotinoso humo
escapa por la ventana
he intenta surcar el cielo.
Una muralla y otra más,
una baldosa y otra baldosa.
Un velador, una cama,
una lámpara, unos libros;
yo y la soledad.
La vista más allá de los cristales,
mi cuerpo, de este lado del cuarto.
Mi mente, en tu cama;
mis pies sobre las sucias baldosas,
de este lado de la realidad.
Mis sueños, a tu lado;
yo entre estos muros,
tras estos barrotes,
dentro de esta cerca;
yo y la soledad.
Tras la cerca, los cerros.
Tras los cerros, la esperanza.
A cientos de kilómetros,
la vista va más allá de los cristales,
más allá de los cerros,
más allá del tiempo,
más allá de la distancia,
a un mañana en el que estás tú
y a tú lado, estoy yo.
18
No se cómo, pero aquí estoy.
Mi mente no tenía un norte fijo
y los pies me condujeron
a este viejo muelle de embarque.
Los ojos reparan en el mar,
a centímetro de mi, juega el agua.
Es hermosa la bahía a esta hora de la tarde.
A lo lejos, el sol se oculta,
sus rayos en el horizonte
me sugieren la idea de embarcar.
Mar adentro navega la lancha,
los viejos pescadores preparan sus redes.
El crepúsculo, como velo de una viuda,
lo torna todo tenue.
El mar ya no es calmo,
las olas se agitan y amenazan.
La costa desapareció completamente,
rugen las olas y viejos espectros
atemorizan la embarcación.
Que contradictorio amigo resultaste,
dócil en la orilla, temerario en tu inmensidad.
Los pescadores en ardua faena,
amigos del espanto marino,
reparan mi desconcierto.
La pequeña embarcación
resiste el embate de las olas.
Las redes recogidas, rebosan de peses,
la embarcación enfila con rumbo desconocido.
Los espectros quedan atrás
en la medida en que diviso
las luces de la caleta en que me esperas.
Que frágil fui allí dentro,
un punto diminuto y temeroso
zarandeado al vaivén de las olas.
Que contradictorio es el mar,
que contradictorio el amor.
Otra vez en la caleta,
los pasos se hacen rápidos,
pero pacíficos.
A mis espaldas las olas suavemente,
siguen golpeando el viejo muelle.
En frente, la iluminada calle,
me conduce presuroso a tu lecho
donde nos encontraremos
en tormentosa pasión.
19
No
Polvoriento y empinado sendero,
por una cuesta que conduce a una loma.
Tras la loma, otra loma.
El equino a paso calmo,
soportando el viejo arriero.
Lento se hace el camino,
lento el tranco del potrillo,
que quedado atrás se entretiene
en cuanto arbusto posee buen olor
y parece apetitoso al paladar.
Lento el caminar, grande la distancia
entre la yegua y su potrillo.
El arriero, amenazado con ser tumbado
ha comenzado a sudar.
El potrillo inquieto emprende el trote
hasta alcanzar una vez a su madre.
La cima de la montaña,
se ve aún muy lejana;
el punto de partida en verde valle,
apenas ha sido dejado atrás.
Empinado y arduo se hará el camino;
los riscos comienzan a ser peligrosos,
pero a la sima hay que llegar.
Sudados, fatigados,
cubiertos de polvo,
el arriero y sus bestias,
la cima por fin alcanza.
La cuesta abajo será más rápida,
aunque no menos peligrosa.
El corazón rebosante de alegría,
al hogar estoy pronto a regresar.
20
Tersos pétalos, tiernas hojas,
llamaron poderosamente mi atención.
Un enorme y bellos jardín
por un momento alucinó mis ojos.
Pero una sola flor, hermosa,
llamó mágicamente mi atención.
Volví por ella a diario, resultó casi una obsesión.
La primavera se prologó,
otoño e invierno se sucedieron,
la flor nunca se marchitó.
La contemplé, la estudié,
gasté minutos y horas
en el extasío de su contemplación.
Me convertí en erudito,
un botánico alucinado
y loco ante un nuevo descubrimiento.
Quise ponerte un nombre,
pero todos resultaban pobre comparación,
tu esencia era superior a toda analogía.
En un acto de absoluta locura,
me decidí a interrogarte,
en busca de tu exacto nombre.
Pero, resultaste curiosa
y el interrogado resulté yo…
21
Neos
La rueda sigue girando
y nuevas pertas comienzan ha abrirse.
Nuevos tiempos se asoman a mi ventana.
Los rayos de sol dejan atrás su timidez,
los pajarillos me sacan temprano del letargo,
en el jardín todo es vida
cuando escasos son los pasos
para integrarme a tanta magia.
La rueda sigue girando
y el olvido va guardando
lo que ahora es estorbo.
Veinte dos años acumulan mucho polvo
en el que he dejado profundas huellas
que difícilmente podrán borrarse.
El ciclo de la vida no reconoce retrasos
y aquí abandono buenos recuerdos.
La rueda sigue eterno movimiento,
rotación y traslación dos dinamismos
que me invitan de nuevo al ejercicio.
Sacudida la pereza,
otra vez eterno caminante.
22
Que hermosas son las mañanaslas montañas comienzan a maquillarsemientras los tímidos rayos de solcual cabello agitado por el vientonos retornan la alegría de estar vivo.No hay noches eternasinevitablente clarea el nuevo día.Las horas crepuscularessolo son incapacidad oscurade atrapar la luz radianteque de todas formas siempre retornan.Aquí vamos, un nuevo día comienzasiempre hay nuevos sueños.Ha perseguir otros ideales, la noche larga y ruín a quedado atráshoy comienzo otra vez a andarlos asomantes nuevos caminos.
23
Que rápido transcurre el tiempo,solo ayer todo era lluviay ropas gruesas cobiajaban mis huesos.Llegó de nuevo el soltodo es verde en el jardínnuevas flores distraen mi mirada.Sacudida la pereza de cinco añosme decido a renacer.Renuncio a toda cadena que aseguraon mis pies.Voy ha asumir riezgosde las cenizas renaceré.
24
He cruzado muchas veceses un desierto que ya me reconoce amigo. No me altera si no que invita a calma su silbido eterno.No me ensucia sino me acaricia la brisa que trae polvo de antiguas calicheras.El mar que tantas me ha extasiado y me ha atemorizado acercándose demasiado a mi calzados, es también un buen compañero.Que importa si soy grumete o almirante no me es desconocido el duro oficio, yo también he sido navegante.En las cumbres comenzó este viaje, no le temo al espíritu de las montañas. El puelche es mentiroso, aparenta malos presagios, pero de su corazón brota el arco iris después de cada tempestad.Heme aquí, las fuerzas renovadas,puedo quedarme o irme a cualquier sitio.Puedo ser caminante o navegante, nómade o sedentario. Puedo ser solterón, esposo o amante.Puedo ser lo que yo quiera o tal vez, lo que alguien quiera hacer de mi.Lo que no seré es ser un sobreviviente, un espectro, añoranza de pasados tiempo. Seré lo que el futuro me depare, lo que forje con mis manos. Constructor de mis propios sueños que se entrecrucen, tal vez, con los sueños de otro alguien.
25
Tengo tanto que hacer tempranopero desde hace lunasno hay tregua que me permita el descanzo..Entre ron y tabaco transcurren mis noches56 amaneceres me aguardan aún,ansío apresuralos antes de que la locurade una noche, aún más loca, me saque a bailar.Apenas acaba el día,la noche se ha vuelto espantosa compañía.Gatti continúa cantando sus huacas del soly de la luna, yo no sé nada.Hace días extravió la ruta de este paneta.Hay algún psicólogo capaz de terminar con las obseciones, mi soledad sigue en sueños, bucsando en el cielo un significado.Dice gatti que aunque es soledad persiste el misterio,y yo llevo muy adentro, muy adentro,este dolor que no pasa con ninguna otra quimera.
26
Solo por unos cuantos centavosestoy rematando los recuerdos.El martillo ha dado el primer golpey dos ojos negros son puestos sobre la mesa.Otro golpe de martillo y comienzan las ofertas.Cada uno de los recuerdos están a la venta,hoy me desprendo de todo el pasado,quizá a otros tariga alegría lo que a mi solo me permitió soñar.¿Quién ofrece más?Todo al mejor postor.Hoy todo se remata,todo, excepto unos cuantos besos,de los que aún muerto, me desprenderé.
27
Que idiotez
otra vez sentado en el suelo.
Otro cigarrillo que se acaba,
otro cigarrillo que se enciende.
El humo hace irrespirable el aire,
me siento prisionero entre estas cuatro paredes.
Ya no hay dolor, me envuelve una serena paz.
Hace cinco años llegué a este sitio
y me recuerdo perfectamente
sentado en la misma posición.
Otro cigarrillo que se acababa,
otro cigarrillo que se encendía.
Otra vez en el mismo punto,
parece que nunca estuve aquí.
Los recuerdos que pude llevarme,
decidí abandonarlos.
Tal vez otro sitio me devuelva a estos días
y creo que solo me acordaré
del humo y los cigarrillos.
Otro cigarrillo que se acababa,
otro cigarrillo que se encendía.
Presiento que aquellos serán días fríos
un recuerdo plagado de humedad.
Nunca antes mis pies
estuvieron tanto tiempo bajo el agua,
nunca antes vi llover tanto.
Tal sea porque en ningún lugar
mis ojos lloraron tanto.
Es este otro tiempo,
un tiempo incierto, pero nuevo.
Es lo primero que escribí sentado en el suelo
cuando fui acogido por estas cuatro paredes.
Es este otro tiempo, lo se,
porque apareció el sol
y los días grises y lluviosos quedan atrás,
mi cama ya no está húmeda
porque se agotó mi cuota de llanto.
En la mente otro espacio,
un espacio incierto, pero nuevo.
Lo sé, porque en la hora de toda hora,
se enrielará el nuevo tren.
Entre estas cuatro paredes,
un olor que no quiero oler
y un recuerdo que deseo borrar.
Otra dimensión,
tal vez otra galaxia,
una galaxia incierta, pero nueva,
donde los sueños se hagan realidad
y las lágrimas no humedezcan la almohada,
donde los días gocen siempre de radiante sol.
Aun aquí, soñando otro tiempo,
con la mente puesta en otro espacio,
tal vez en una desconocida dimensión,
te recuerdo por última vez presente,
porque de ahora en adelante,
espero te mantengas tan lejos de mi,
que solo seas un recuerdo de otro tiempo,
de otro espacio y de otra dimensión.
28
k
Hoy cogí cada uno de tus recuerdos
para desprenderme del pasado inútil
que por un momento logró incitarme
ha echar raíces en este odiado jardín.
Unas saladas lágrimas acompañan el ritual
de aniquilar cada uno de los momentos,
que dulce en un tiempo, finalmente
agriaron mi esperanzado existir.
Todo terminó calcinado,
una llama hizo desaparecer tu recuerdo,
en mi mano solo un teléfono
que guarda un registro numérico.
La última forma de contacto.
Nuca pude memorizar números,
la suerte está de mi lado,
mis dedos se movieron hasta encontrar
el registro de tu nombre
y el índice terminó por presionar la tecla “borrar”.
No ha quedado nada;
solo recuerdos de lo que soñé hermoso.
Finalmente, solo fue eso,
un sueño que hoy me despertó a la realidad.
Por el momento sigo aquí,
condenado a 137 días de horror,
137 amaneceres, que espero,
te mantengan muy lejos de mi.
29
136 ok
Colocado en la cuenta regresiva,con la desición ya tomaday la nave espacial ya dispuesta,nadie podrá detener el dedoque llagada la hora cero presione el rojo botón del despegue.Ansioso, es el termino que mejor logra describirme, espectante, ante los nuevos desafíos.Las cuentas ya están saldadas y no habará motivo para algún regreso.Soñando otra galaxia preparo en otra orbitala nave nodriza que me pondrá con los pies muy seguro en algún punto de un espacio eterno.En el cruce entre dos espacio y de un tiempo que se cruza con otro tiempoestá puesta hoy mi mente mientras el digital reloj me recuerda que estoy ha 136 días del ansiado despegue.
30
ok
El día tarda demasiado en morir,
las manecillas del reloj
se mueven con una lentitud inusitada.
El sol se resiste a tomar el camino
que me señala las coordenadas del océano.
La luna entra en desesperación,
el crepúsculo no viene,
el día tarda mucho en morir.
El ajetreo, las ocupaciones
se hacen infinitos eslabones
de una vieja y mohosa cadena.
El regreso al hogar se ha retardado,
el encuentro con el ser más soñado
debe otra vez esperar.
La noche es añorada,
pero la tarde tarda mucho en morir.
31
Ok
Solo clavos en la pared,
recuerdan que alguna vez,
entre estos cuantos metro cuadrados,
se desarrolló una vida inútil.
Cuantas huellas de mis calzados
se esconden bajo estas capas de cera;
que pobre mujer se habrá encargado
de ocultar cada uno de mis pasos.
El techo tiene ahora otro color,
y sin embargo, aún allí están mis sueños,
atrapados por siempre y para siempre.
No lograron alcanzar el cielo.
Entre estas cuatro paredes
reposa también tu recuerdo.
Cuantas noches de desenfrenada pasión,
cuantas tardes de dolor,
cuantos olores permanecen atrapados
en este antiguo nido de soltero.
Ríos de lágrimas escurrieron por el piso,
sudor de dos cuerpos en el lugar
que albergaba angosta cama.
He vuelto en tu búsqueda.
Un día salí de aquí aferrado a tu mano.
No se bien en que esquina
te extraviaste entre el tumulto.
Hoy he vuelto por tus recuerdos
y para recuperar los extraviados sueños
que quedaron olvidados
entre estas cuatro míseras paredes.
32
El humo de la triste chimenea
apenas alcanza tímidamente la altura,
para extraviarse en la gruesa capa
de una tiniebla tan gruesa,
que nos sumerge como en sombra
de una muerte indeseada pero real.
El frío se ha convertido
en cruel compañero de cuarto,
un indeseado amigo pegote,
que tarda demasiado en marcharse.
Los rayos de sol fueron hoy,
apenas tímida compañía,
un pequeño signo de esperanza.
Fue engañoso abrigo,
que no alcanzó para librarme
de la temida hipotermia,
que de todas maneras llegó.
La neblina impidió ver más allá,
al fin de cuentas,
no fuiste más que un sueño.
33
Ok
Cuatro clavos en la pared
y un polvillo gris que forma cuatro cuadros.
Todo es soledad y melancolía,
donde en otro tiempo colgaron
cuatro cuadros que suscitaban alegría.
Hoy, que la soledad acompañan estas cuatro paredes
que un pintor no humano
retocó con la lentitud,
de quien no reconoce el transcurso del tiempo,
me han puesto, vista fija,
contemplando polvo y cuatro clavos
que han comenzado ha enmohecer.
Una conocida melodía se oye a los lejos,
“huele a tristeza esta soledad,
huele a tu ausencia,
huele a dolor”,
por un momento vi nítidos los cuatro cuadros,
pero resultó ser otro mal sueño,
siguen ahí las cuatro grises manchas
y los cuatro mohosos clavos.
34
ok
Hasta hoy no había reparado en el sol,
sus rayos son más cálidos
y mi jardín adquiere nuevos colores.
Nuevos brotes en las ramas,
no fueron percibidas, sino hasta hoy.
La gruesa cortina enceguecía
y mis pupilas se comenzaban a acostumbrar
al lúgubre color del invierno.
La primavera está ya próxima
en eterno retorno todo vuelve a renacer.
Tampoco me había dado cuenta que el sol
se estaba retirando más tarde,
y la noche comienza a ser más corta.
Nuevos días están por llegar
y con ellos volverán las mariposas.
Mi jardín se está vistiendo de gala,
la brisa ya no es helada.
El nuevo aire lo renueva todo,
la vida , que es hermosa,
me está desafiando a caminar.
35
Ok
Nuevos brotes comienzan a nacer,
las viejas ramas están dando a luz.
En la naturaleza todo tiene sentido.
Solo ayer el viento sacudía las débiles ramas,
y era amenaza de tristes días
que se prolongaban demasiado tiempo.
Pero nada es eterno, todo tiene sentido.
Ahora recuerdo como el invierno
amenazó con inundar mi lecho,
noches que fueron eterna compañía,
muchos fríos que trisaron mis alocados huesos.
Pero todo tiene sentido,
cuando comprendo el sinsentido
de cercanos pero pasados días.
El aire cálido de asomantes días,
me ha restituido el noble obsequio.
La cabeza reposa plácida en mi almohada,
el respirar se hace serena sinfonía.
La naturaleza lo renueva todo,
nada es eterno,
porque aún lo eterno se renueva,
y yo he pasado del sufrimiento a la paz.
36
ok
La fortuna se ha puesto de mi lado,
pasaron los días grises y hoy,
me encontré a la primavera
que vendía poleras de flores multicolores.
La voz enronquecida por el cigarrillo
se ha vuelta clara y acertada,
en un discurso que también es para mi;
más para mi, que para ti.
Soy afortunado, en un mismo día
he visto como nace y como muere el astro eterno,
raudas se sucedieron las estaciones entre frio y calor,
vi frutos que murieron y han vuelto a resucitar.
La fortuna se ha puesto de mi lado;
aun poseo sueños y utopías humanas,
aún el aire oxigena mis nicotinosos pulmones,
restituyéndome el gozo de estar vivo.
37
Ok
Una lluvia, no deseada,amenaza los nacientes días de un Septiembre recien asomante.Un regreso amezante, y un dolor de otra vez perderte cuando ya te he perdido.Quizá todavía no sea tiempo y Septiembre sea otro sueño, porque aún quedan días de dolor.No se porque que quemalo que nunca quisiste ardiera, pero ya vez, aquí permanezco, en la compañía de un septiembre que también comienza a doler.Añoro ver florecer la vida,los colores nuevos en mi jardín, pero en lugar del sueño se desató otra vez la lluvia.Acaso es malo soñar Septiembre. Aún, así, aquí permanezco, con miedo ha ilusionarme, ya vez, Septiembre también trajo otra noche de dolor.
38
Ok
Que color tienen los sueños, lo pregunto porque para mi ha transcurrido todo entre el blanco y el negro.Como una espesa neblina, una cortina macabra, se ha interpuesto a mi retina.Cuánto tiempo dura un sueño, lo pregunto porquepara mi la pesadilla se ha tornado eterna.Como un viejo reloj de bolsillo que siente pesadas las manecillas, las horas se han convertido en eternidad.Se puede soñar despierto, lo pregunto porque el inconsciente sigue maquinando aunque no logro pegar las pestañas.El sol asoma por el lugar de siempre y se retira entre los mismos cerros sin dejar una sola respuesta.Se puede maldecir un sueño, lo pregunto porque los más hermosos recuerdos acuden incansablemente a mi mente.Tan dulces recuerdos me extasían y me apuñalan a la vez. Hoy no se si bendecir o maldecir tu nombre.
39
Ok
Qué hago ahora con los besos que dejaste tirados aqulla extraña tarde de lluvía; cuándo por un segundo la valentía sometió cada uno de tus temores.Qué hago ahora con ese cielo que se abajó hasta mí y ahora se resiste a marcharse.De que me sirve ese firmamento, si con una mano ocultaste las estrellas tornándolas solo destellos fugaces.Son tuyas las horas y los minutosdesde que aquel segundo de fortuna se cruzó por tu camino y el mío.De que me sirve el tiempo venidero, si el único memento que sueño, no lo puedo regresar.
40
Ok
Mis piernas comienzan a sacudirsela pereza de cinco años y un día,mi mente comieza a aclarase con tímidos rayos del sol que anticipan nuevos tiempos.Raíces subterraneas por un momentoamenazaron con dejarme atado a este terruño ñublecino, pero nada puede detener incanzables pies de eterno caminante.Lo único que quiero llevarme de estos lares,no pretende apegarse a mi piel, no poseo de nomade vocación y tú, adherida a tu terruño, no posees intención de caminanate.
41
Ok
Tanto tiempo llevo aguardándotelos cristales de mi vieja ventanapretendían por siempre estar empañadosy el frío de lápida mortuoriaera eterna amenaza para mis alocados huesos.Quise incluso adelantar el tiempoy en un viaje desesperado y locopretendí salir en pos de soñado encuentro.tímidos los diminutos rayos solares,me invitaron a aguardarte en calma.Sin rosar por un instante tu pielretorné al antiguo y duro lecho, en que cada noche te soñé.Tan añorada y tan distanteque no alcancé a percatarmeque esta mañana amaneciste aquí.Ahora que te siento tan presente,tu olor lo invade todo,tu piel rosa otra vez mi piel,tu calor me restituye a la vida.Yo, aún atónito, solo atino a decirBienvenida Primavera.
42.- UNA NUEVA MUSA
Busco una nueva musa
que sacuda el polvo adherido a mi corazón
que agitadamente insiste en latir
en la espera de apasionada inspiración.
Busco una musa que dirija este lápiz
por el sueño de recónditos lugares
que metafóricamente sean expresión
de raudales de sentires alegres y pesares.
¿Quieres ser mi musa?
¿Te gustaría ser mi musa?
No será fácil, pues este tipo de seres no se hacen,
tampoco nacen para desempeñar tan importante papel;
ellas aparecen cuando el corazón serenamente duerme
para sacudirlo violentamente y alejar la paz.
Serenamente te espero,
puerta y ventana esperanzadoramente abierta,
mientras tanto he colgado un vistoso cartel:
“Desesperadamente busco una musa”.
43.- SOLO UNA MUSA
Quería encontrar una nueva musa
y la misma mujer de antaño he encontrado
atada férreamente a mis brazos.
¡Solo una musa por cada hombre!
Fue el susurro dulce y melodioso
que brotó de sus dulces labios.
¿Por qué buscar otra musa?
Si tus ojos de mirar tierno,
tus labios de besos con pasión,
tus manos suaves al acariciar,
tu cabello de olor a trigo,
es lo que llena mi corazón.
El viejo cartel que pedía una musa
hoy ha sido reemplazado.
Un nuevo y vistosos letrero cuelga
extravagantemente de mi pecho.
¡No hay Vacante!, ¡No insista!
44.- GUERRA DEL GOLFO II
Una paloma surca el espacio,
un vuelo serenamente hermoso
que distrae largamente mi mirar.
Pálido contraste entre el azulino cielo
y la blanca pureza del ave de la paz,
maravillosa postal ante mis atónitos ojos,
que enternecidos comienzan a llorar.
Una paloma en vuelo pacífico,
un cielo tranquilamente azul,
un observador que sueña mirando a lo alto,
una paz efímera que ha sido rota,
una guerra se desata en el Golfo Pérsico.
Una paloma de volar sereno
por nuestros cielos tardará en pasar.
45.- NUEVAS EXPERIENCIAS
Has pensado nuevas experiencias,
hoy no es suficiente lo que solo ayer
completó tu insatisfecho existir.
No habías conocido el manantial.
Solo de mezquinas y amarillas aguas
se había nutrido tu lúgubre jardín.
Pero bebiste de las frescas aguas
del amor honesto, desinteresado y tierno
que brotó mágicamente ante tus ojos.
De hermosa vida se vistieron
tus, hasta entonces, tristes flores
que despertaron a torrentosos posos.
Quieres beber hasta saciarte de
cualquier fuente de aparente agua fresca
que humedezca tu insatisfecha tierra.
Bebe, si quieres, ¡bebe!
Pero jamás otra agua será tan fresca y dulce,
solo yo soy manantial de amor.
46.- TRES ROSAS ROJAS
Tres rosas rojas,
son la suma de tres giros
de un eterno viaje
de movimiento celestial
alrededor del sol.
Un mismo viaje,
que es eterno recorrido
de excitantes pasiones.
Tiernos y rojos brotes
de un rosal chillanejo.
Una flor por cada año,
una rosa por cada etapa
de este interminable viaje.
Mito de eterno retorno,
sucesivas vueltas alrededor del sol.
47.- AVE RAPAZ
Carroña pavorosa traes sombra
surcando el cielo en alto vuelo.
Cercano al pico de heladas montañas
te deslizas observando tu presa.
No seré comida de carroñera
y pavorosa negra ave rapaz.
Aparta tus ojos de mi caminar cansino
por este verde Valle de Auco.
Negra sombra del amor
que te alimentas de ingenuas vidas,
sigue tu vuelo en sentido opuesto,
no seré yo tu dulce manjar.
Pájaro mal agüero,
mujer que traes dolor.
Si insistes en acercarte,
un fiero golpe a tierra te desplomará.
48.- CAFE
Cuando olvidaste las pequeñas cosas,
que resultaban para mi grandes atenciones.
No recuerdo el aroma, ni el sabor,
del café que premió cada acto de amor.
Las manos de suaves caricias en mi pelo,
olvidaron también la medida exacta
de agua, azúcar y café
que encendían la calidez de mi mirada.
Que agria sabe mi pequeña taza,
no hay aroma que llegue nítido a mi nariz.
Un nudo amargo aprieta mi garganta
y solo agua de lágrimas saladas en mi paladar.
El amor se transformó en rito apresurado,
oculto y veloz intercambio de fluidos;
es urgente terminar, antes de ser sorprendidos.
Tampoco hay tiempo para la paz de una tasa de café.
Si no hay café, no hay premio,
sino hay tranquilidad, no hay amor,
si no hay tiempo, no queda nada.
La muerte me está llamando a tomar café.
49.- CACTUS
Verdes cactus acompañan el caminar
de cansados humanos pasos,
que insisten trabajosamente en trepar
por una montaña de árboles escasos.
De la misma altura del caminante
son estos espinoso vegetales,
si hasta parecen acompañantes
entre los que me pierdo en esta tarde.
Camino y camino, sudo y lloro,
en la soledad de eterno caminante.
Atrás van quedando otros cactus,
mudos recuerdos de acompañantes.
Quiero extraviarme en este cerro,
que mis pasos no encuentren el camino.
Que cuando llegue la hora del regreso
los mismos cactus extravíen mis sentidos.
En el llano, te encuentras tú,
yo en la altura de este cerro infértil.
Encontrarnos es tarea muy difícil;
yo bajar no puedo y a subir, tú no te atreves.
50.- OCTUBRE
Octubre ha traído pequeños frutos.
Las diminutas flores germinaron,
y esperanzadoras verdes ciruelas
han adornado a las viejas ramas.
Todo es vida en Chillán,
pequeñas flores se levantan,
hermosas y encantadoras,
bailan hasta extasiar mi mirada.
No puedo apartar los ojos
de tan idílico paisaje urbano,
en Ñuble es otra vez primavera,
hay esperanza de exquisito verano.
Octubre es primaveral baño de sol,
a un viejo baúl ha ido a parar
las oscuras y viejas ropas.
Otra vez es brillante y amigable el calor.
51.- SEPTIEMBRE
Un Chillán colorido,
verde en el suelo aún húmedo
y brotes amarillos en las ramas,
me hizo consciente de otro equinoccio.
El sol pasó al otro lado,
de la ecuatorial línea divisoria;
yo, desde mi pequeña ventana,
he contemplado emerger la vida.
Otra vez es vida eterna,
otra vez he vuelto a soñar.
El sol, aún tímido y delicado,
ha rozado tierna y dulcemente mi cara.
Septiembre, con su sinfonía patriótica
y sus pájaros de papel que surcan el cielo,
ha producido algarabía y baile,
en la dicha de estar contigo.
52.- CONTITUCIÓN
Al terminar un abrupto camino
el descanso me encontró recostado
en el regazo de la pasión.
Mis ojos extasiados contemplaron
como el Maule se entregaba sereno,
a un pacífico también tranquilo.
Tranquilo y extasiado de alegría,
en Constitución aprendí a caminar atado
a otra mano que me acogía,
y un sentimiento de complementario encuentro
alocado y tierno, me sentí acogido
como el río que llega al mar.
El sol fue compañero esa tarde
en que todo terminó desembocando en el mar.
Un Maule, un pacífico, una Constitución
que me constituyó en hombre,
mientras tú eras constituida en mía.
Una sola masa de agua, salada y dulce
que se reconocen en el océano de la pasión.
53.- ANTIGUA CATEDRAL
Un gigantesco roquerío ,
que semejaba una antigua catedral,
contempló los tranquilos pasos
que sumergiéndose en tibia arena
escapaban del bullicio urbano,
para reposar en la soleada playa.
Un camino lento y apasionado,
dónde ojos que espían demasiado
no pueden acercarse.
Unas rocas milenarias nos cubrieron,
cuándo un lecho improvisado,
dio lugar al novel intercambio
de tiernas y antiguas caricias.
Una antigua catedral
de milenarias piedras labradas por las olas,
fue el santuario del ritual
de un amor apasionado y loco
en que dos seres eternos
se cruzaron con lo divino del amor.
54.- PEQUEÑA MANO
Una mano pequeña se aferró a la mía
y me condujo seguro.
Sus pasos junto a los míos,
desapareció el temor.
De vez en cuando la mano mía
safó ese lazo de dedos
para posarse tímidamente
en su pequeña cintura.
Mis dedos encontraron en los tuyos
el eslabón extraviado
de una única y eterna cadena.
Un eslabón perdido encontró su gemelo,
una cintura solitaria y ciega
encontró en mi mano su lazarillo.
Una vida encontró la vida,
un sinsentido encontró su sentido.
55.- MIRADOR
Una cabeza encontró reposo en mis rodillas,
mientras mi cuerpo descansaba en la cima.
El empinado cerro mira al Pacífico
yo, solo atino a mirar verdes ojos.
Los pies del verde cerro encuentran refresco
en las aguas de un Maule ya cansado,
pequeñas embarcaciones recorren fatigosas
las confundidas aguas de mar y río.
Todo es recorrido, el río, el mar,
las gaviotas solitarias, los pequeños botes.
Mis ojos recorren tu pequeño cuerpo
y mis manos inician su erótico recorrido.
Todo es encanto en la altura del mirador,
un bello paisaje ante los ojos,
yo, solo atino a mirar la eterna belleza
que serena reposa sobre mis rodillas.
56.- DINÁMICO SENTIR
Qué sentimiento más dinámico.
Un eterno movimiento en vía circular,
vueltas sucesivas en torno al propio eje,
otras vueltas alrededor del sol.
Días, meses y años,
menguantes, cuartos y crecientes,
un segundo, otro minuto de amor.
Salir del círculo y entrar en la recta
me han propuesto,
pero soy eterno caminante.
Detenerme en un solo punto es morir,
en lo dinámico de este sentimiento,
mi vida adquiere pleno sentido.
57.- ALBORADA
De mil maneras estás presente.
Hoy tibio amanecer que llena de olores
y radiante luz éste pequeño valle.
Los apacibles rayos mostraron débiles telas
de nocturnas arácnidas obreras,
que como espejismo desértico me sorprenden
cual hilo de agua que baja desde las ramas.
Aquí amaneciste hoy,
alegrado el despertar de los pájaros,
que en dulce e inconclusa sinfonía
un nuevo trinar hoy han estrenado.
Magnánima alborada,
estás aquí, estás en mi.
Eres infinita presencia,
eres lo que yo siempre soñé.
58.- BRISA
La brisa trajo tu olor
que se adentró cálido en mi nariz.
Trajo también tu cabello
que rozó tiernamente mi cara.
La brisa fue compañera esta tarde de soledad,
como un relajante baño de día soleado
te he acogido taciturno y melancólico.
Tu risa sonora lo agita todo,
hasta el papel en que escribo
amenaza con emprender el vuelo.
Otra vez me acompañan las ganas locas
de iniciar una alocado rito amoroso.
Mi cabello se arremolina,
me cubre una inusitada alegría.
Viniste con la tarde,
la brisa te trajo porque eres mía.
59.- PASOS RENOVADORES
Árboles altos parten en dos puntos,
el verde césped del jardín,
es una sombra opaca
que refresca el reseco pasto.
Centímetro a centímetro ,
la sombra lo cubre todo,
lo claro se va haciendo oscuro,
lo mustio se vuelve tierno,
lo triste a comenzado a reír.
Es todo nuevo en esta tierra
desde que tus pasos recorrieron el valle,
los oscuros sentimiento
se tornaron manantial de dicha,
tus pasos transformaron en nuevo
lo que solo ayer parecía añejo.
Estoy aquí, estás aquí.
Lo llenas todo,
lo renuevas todo.
Todo es tuyo,
todo es mío,
tú me perteneces,
yo también te pertenezco.
60.- VIENTO NOCTURNO
Sobresaltado abrí los ojos,
de un brinco me siento en la cama,
atentos todos mis sentidos.
El viento quiere atemorizarme
con su silbido amenazante.
Por la ventana se cuela un presagio
de sonoros días tormentosos,
más todo resultó falsa alarma.
Agudizado lentamente el oído,
todo se torna melodiosa sinfonía.
El viento continúa silbando,
yo me recuesto sereno,
mi cabeza otra vez en la almohada.
Evoco el recuerdo de tus susurros
y de tu aire ya inspirado en mis oídos,
mientras serenamente vuelve la paz.
61.- ORIÓN
Orión con su arco y su flecha,
nocturnamente dispuesta a disparar,
me sorprendió otra noche
con los ojos fijos en el firmamento.
Mi mente buscaba el sur
y extraviada la cruz,
mis ojos se posaron en el norte
hasta meterse en la cintura
de tres Marías en el pellejo de Orión.
No alcancé a ver la Osa Mayor,
mucho menos la Menor.
Mi corazón magnéticamente atraído,
otra vez se volvió a la Cruz del Sur.
62.- DESERTICA PERFECCIÓN
En el desierto más árido
evoqué la perfección de tu cuerpo.
Montículos corpóreos de arena
me recordaron tus cénicos volcanes.
Presurosos mis ojos recorrieron lo infinito
hasta posarse en tus nalguidos arenales.
Todo es en Atacama melancólica perfección.
Tú también eres perfecta,
bella mezcla de cerros y llanos.
Sequedad hospitalaria para quien te ama
y vida que brota en las tierras de la muerte.
Sentimiento de quietud y renovada pasión,
todo Atacama me retorna a ti.
Ni flores, ni vegetales
que opaquen tu belleza,
no hay manantiales
que opaquen lo que eres.
Eres de Atacama perfecta replica
y yo, un baquiano de estos arenales.
63.- HORTELANO
Una hoja de metal se hunde en al tierra
y extrae desde su raíz
la maleza destructora
que ahoga la vida en la bella flor.
Una oscura y áspera mano
aprieta firmemente la herramienta,
instrumento redentor que libera
y la cautiva tierna flor.
Es el hortelano un enviado
un mensajero divino,
es su pala un cáliz sagrado
que reactualiza el gesto liberador.
La maleza comienza a secarse,
la flor comienza a crecer.
Yo, te evoco una vez más.
En este valle vuelves a renacer.
La maleza es apilada,
pronto será ardiente hoguera.
Tú y yo seremos uno,
el hortelano nos ha vuelto a la vida.
64.- GRITA EL VIENTO
El viento grita una verdad
que solo el agudo oído puede percibir.
Sólo estruendoso ruido
para oídos mediocres y sordos,
maravillosa sinfonía
para tímpanos acostumbrados a lo bello.
El viento está gritando,
que te amo intensamente,
no ha guardado sigiloso este secreto
y ha venid a ser amigo inconfidente.
Agudiza tus sentidos
oye los susurros de este eterno sentimiento.
No pidas al viento que se acalle,
permítele gritar en tu ventana.
Es el recuerdo viviente del amor.
El viento seguirá gritando,
tú continúa escuchando.
Mientras el ruja en tu ventana
y mantengas agudizado el tímpano,
yo te seguiré amando.
65.- OTRA VEZ EL VIENTO
El viento trajo tus caricias
y arreboló lo que era pesar.
Apesadumbrado transcurría el día
pero la brisa todo lo renovó.
Un antiguo viento cálido,
oxigeno ya inspirado,
abandonó mis fosas nasales
expulsando todo lo que era lúgubre.
Un viento nuevo llegó fresco,
oxigenando mis nicotinosos pulmones.
La sangre llegó oxigenada
al vital órgano del corazón.
El viento trajo tus caricias
y lo renovó todo por aquí.
El viento trajo tu presencia,
yo te siento unida a mi.
66.- VIENTO Y DANZA
Los altos árboles danzan incansables
agitados lentamente por el viento,
y en intercambio incesante
de calculadas y eróticas caricias,
los vegetales amoríos te acercan
tiernamente a mi memoria.
Estoy celoso de las altas ramas,
la envidia me quema el corazón.
Imagino tus manos y las mías
confundidas en un cálido abrazo
de danzantes bailarines.
Solo los troncos de los árboles
permanecen impávidamente quietos,
sumergiéndose en lo profundo de la tierra;
todo lo demás es movimiento,
todo es romántico intercambio de caricias.
Quiero danzar contigo incansablemente,
que tus caricias no tengan fin.
Quiero que mis manos te acaricien
como verde rama inquieta por el viento,
mientras el amor no tenga fin.
67.- SINFONÍA VOCAL
Silva suave el viento,
trinan dulcemente los pájaros,
lejano rugir de motores.
Todo es sonido maravilloso,
una inusitada sinfónica composición.
Todo canta y da vida
a una hermosa creación musical.
Los ojos cerrados, los oídos atentos,
todo es invadido por la paz.
Canta el viento, cantan los pájaros,
cantan también los motores.
Todo es preparación inmediata
para la más perfecta sinfonía
que emana del susurro de tu voz.
68.- AGOSTO VICTORIENCE
El calor de un pequeño bracero
entibió apenas el hielo invernal
con que se vistió muy temprano,
todo cuanto pudieron contemplar mis ojos.
Era agosto con su grueso pincel
que comienza a pintar con su hielo
el agua cristalina de un estanque
que luce como un gran espejo.
Victoria, frío, victoria.
Al calor de un mísero fuego
aguardo y sueño un mañana
que traiga la primavera a mi vida.
El carbón rojizo por las llamas
mantiene intacta la esperanza.
Hoy hielo de muerte triza mis huesos,
mañana es esperanzas de cálidos días.
69.- EN LA PLAYA
Sentado al borde de las aguas
mientras el mar moja mis pies,
la línea del horizonte se hace cercana
y los días tristes parecen llegar a su fin.
Es de mañana, y las gaviotas
buscan ansiosas su alimento,
unas zambullidas olímpicas
abajan el cielo hasta el mar.
La arena apenas tibia de la playa
me mantiene atado a la tierra;
mi deseo es prontamente embarcarme
para alcanzar del horizonte un más allá.
Con permiso, Señor mar,
déjeme usted adentrarme,
indíqueme las coordenadas
de la hoy añorada felicidad.
70.- LAUREL
Un Laurel de tersas hojas
me cobijó una tarde de calor,
un aroma delicioso
me transportó a idílico lugar.
Una suave brisa acarició sus hojas
y todo se hizo maravillosa sinfonía.
Mis ojos poco a poco se cerraron
y el sueño me despertó en la lejanía.
El Laurel de mi infancia,
que escuchó mis penas de niño
y sonrió con mis esperanzas,
me devuelve hoy a Victoria.
A tus pies reposaron mis juguetes,
en tu tronco mi vida se iba forjando.
En tus ramas todos mis sueños
y en tu olor el amor mío.
71.- AROMO
De Aromos supe mucho
y de sus flores se alegró mi vida,
cuando por fin Septiembre,
trajo los días de Primavera.
Amarillo fue el vestido
cobertor de la cintura de aquel cerro,
que protegió mi casa del fuerte viento norte,
que amenazó con derribar la espera.
La vista se hace incapaz
de explicar lo que es divino.
Floreció el viejo Aromo,
se apagó el carbón del bracero.
La vida me llama a las calles,
es preciso ejercitar las piernas.
Ya está cercano el tiempo nuevo
que me vestirá de incansable caminante.
72.- CAMINANTE VICTORIENCE
Victoria con su frío, poco a poco,
se ha quedado con los que eran míos.
Yo camino como hombre sin tierra,
mientras mi semilla ancestral,
otra vez es sembrada entre guayes.
Tal vez otras generaciones,
vean emerger Laureles y Aromos
que alcen al cielo ramas y escudos.
Quizá en otra latitudes alguien observe
el pasado que yo he vivido.
Los mío no aprendieron a caminar,
allí plantados crecieron y se secaron,
allí también volverán a renacer.
Yo dejo huellas de tinta por todas partes
y he plantado solo en hojas de papel.
Quizá otra vida tenga un Victoria
que me reúna otra vez con los míos,
cuando por fin se acabe este viaje,
y los míos crucen la puerta por donde salí
en la hora en que vaya a buscarlos.
73
A este sitio le debo:Mi adicción por el caféque dejó una borra demasiado débilpara poder leer mi futuro..Le debo aprecio porque apreció tambiénmi tranco lento y pesadoque dejó huellas de mi estancia,que ningún polvillo maligno podrá borrar.No hay placas recordatorios,ni inscripción en corazones humanos.Sí quedan algunos sueños truncosque al no alcanzar el cielo quedaron enredados en los árboles.Pero también me llevo otros sueñosque no alcanzaron a ser deboradospor el espíritu de la noche de brujas,y, ahí están, intactos, surcando las alturas.-
74
Simplemente instinto o tal vez manía, no lo sé, pero sigo doblando el cuello para que mis negros ojos puedan alcanzar el firmamento.Un paseo noctuno por las tres Marías para después alcanzar la cruz del sur, cruzo luego por el pellejo de Orión, cuyo cinturón es cada vez menos luminoso.Me entretengo en la vía lácteaqueriendo ver los anillos de saturno. Mi mente quiere atrapar algún punto negro que haya engullido alguna extinta constelación. Infinito el espacio, aun tiene un más allá, donde mis pupilas no alcanza la Osa Mayor y mucho menos la menor.Algún satélite logra extraviarme, su recorrido al menos, dura más que una estrella fugaz. Cometas nunca he visto, asteroides solo en revistas de astronomía. Mi existencia misma ha sido un eclipses. Danza todo el espacio al compaz del canto de los grillos, o al menos es lo que escuchan mis oídosporque seguramente otra fascinante melodía debe ser el canto de los astros.Frustrado cosmonauta que no ha podido separar los pies del reseco polvo de la tierra. Astrónomo sin telescopio ni catalejo. Vagabundo en un espacio sideral muy lejano. Buscador de una estrella luminosa que nadie me ha obsequiado en alguna noche de romanticismo. Forjador de sueños y esperanzas que busca en el cielo el surgimiento de algún lucero que señale claramente cuáles son los nuevos rumbos.
75.
La rueda sigue girandoy nuevas pertas comienzan ha abrirse.Nuevos tiempos se asoman a mi ventana.Los rayos de sol dejan atrás su timidez,los pajarillos me sacan temprano del letargo,en el jardín todo es vidacuando escasos son los pasospara integrarme a tanta magia.La rueda sigue girandoy el olvido va guardandolo que ahora es estorbo.Veinte dos años acumulan mucho polvoen el que he dejado profundas huellasque difícilmente podrán borrarse.El ciclo de la vida no reconoce retrasosy aquí abandono buenos recuerdos.La rueda sigue eterno movimiento,rotación y traslación dos dinamismosque me invitan de nuevo al ejercicio.Sacudida la pereza,otra vez eterno caminante.
76
La primavera lo renovó todo
el ciclo de la vida jamás se detiene.
El mito del eterno retorno
se tornado más real que nunca.
Todo lo que muere vuelve emerger,
otra vez florecieron los naranjos,
de nuevo estás aquí
primavera del archipielago de los chonos.
Mis viejos pies recordaron antiguos ritmos
de sagradas danzas a Era
cuando primavera nace el sol
en un olimpo que se abajó hasta nosotros.
Cuando el astro eterno
traspasó otra vez la ecuatorial línea divisoria
la vida se ha hecho danza
y yo también me levanto para contigo bailar.
77 He cruzado muchas veces
es un desierto que ya me reconoce amigo.
No me altera si no que invita a calma
su silbido eterno.
No me ensucia sino me acaricia
la brisa que trae polvo
de antiguas calicheras.
El mar que tantas me ha extasiado
y me ha atemorizado
acercándose demasiado a mi calzados,
es también un buen compañero.
Que importa si soy grumete o almirante
no me es desconocido el duro oficio,
yo también he sido navegante.
En las cumbres comenzó este viaje,
no le temo al espíritu de las montañas.
El puelche es mentiroso,
aparenta malos presagios,
pero de su corazón brota el arco iris
después de cada tempestad.
Heme aquí, las fuerzas renovadas,
puedo quedarme o irme a cualquier sitio.
Puedo ser caminante o navegante,
nómade o sedentario.
Puedo ser solterón,
esposo o amante.
Puedo ser lo que yo quiera
o tal vez,
lo que alguien quiera hacer de mi.
Lo que no seré es ser un sobreviviente,
un espectro, añoranza de pasados tiempo.
Seré lo que el futuro me depare,
lo que forje con mis manos.
Constructor de mis propios sueños
que se entrecrucen, tal vez,
con los sueños de otro alguien.
78
El oído está aletargado,
los minutos siguen corriendo velozmente,
mi alma se pone inquieta
en la hora de su alimento
que no le restituirán.
Diez mil vueltas en la cama,
las sábanas se han vuelto un estorbo.
Todo hastía
y la vida misma se torna insoportable.
Los dulces sueños extraviaron los caminos.
El oído está aletargado
y mi teléfono se ha vuelto mudo.
79
Tanto tiempo caminé en la oscuridadque los pasos amenazaron con tumbarme.Larga noche, demasiado larga, sin darme cuenta en ningún instanteque era yo, que un dedo tapaba el sol.Hoy que mis manos estaban cansadascayó languido el brazoy todo se hizo radiante mediodíade una primavera que de inmediatocedió su paso al verano.En los brazos de la tardeconfundidos dos cuerpos sudorososnos hicimos uno solo.
80
Me apoderé sin ninguna vergüenzade las estrellas que nadie me regalóy en un viaje por el espacio sideralhaciendo estaciones intermediasen extrañas y lejanas constelacionesbauticé cada una de estas nuevas pertenencias.Soy ahora coleccionista de puntos luminososque guiñan para mi sus ojos cada vez que el astro eternose recoge al descanso por el sitioque nos esconde el punto donde naceo acaso se termina el mar.Mío es cada destello de luminosidadque permaneció quietoporque la aljaba en que guardo mis nuevas pertenenciasno pudieron atrapar aquella estrella fugaz.
82
Hay días y hay también otros tiempos,hay verde en el jardínhay risas en la callehay radiante sol de mediodía.Hay también otros sueñosque me mantienen ocupadohay nuevo afectoshay nuevas esperanzas.Pero hay también nochesen las que reaparace el llanto.Y anoche se me vino otra vez la nochey clraeado el nuevo día me dejas otra vez en la más amarga noche
83
Siempre existirá Paríssus ideales de revolución,los miserables y Victor Hugo.El Río Sena, el Museo de Louvre,la gran torre y los ideales libertarios,de libertad, igualdad y fraternidad.Siempre existirán los sueños,los ideales y los compromisos.y siempre existirás tú.
84
Simplemente instinto o tal vez manía, no lo sé, pero sigo doblando el cuello para que mis negros ojos puedan alcanzar el firmamento.Un paseo noctuno por las tres Marías para después alcanzar la cruz del sur, cruzo luego por el pellejo de Orión, cuyo cinturón es cada vez menos luminoso.Me entretengo en la vía lácteaqueriendo ver los anillos de saturno. Mi mente quiere atrapar algún punto negro que haya engullido alguna extinta constelación. Infinito el espacio, aun tiene un más allá, donde mis pupilas no alcanza la Osa Mayor y mucho menos la menor.Algún satélite logra extraviarme, su recorrido al menos, dura más que una estrella fugaz. Cometas nunca he visto, asteroides solo en revistas de astronomía. Mi existencia misma ha sido un eclipses. Danza todo el espacio al compaz del canto de los grillos, o al menos es lo que escuchan mis oídosporque seguramente otra fascinante melodía debe ser el canto de los astros.Frustrado cosmonauta que no ha podido separar los pies del reseco polvo de la tierra. Astrónomo sin telescopio ni catalejo. Vagabundo en un espacio sideral muy lejano. Buscador de una estrella luminosa que nadie me ha obsequiado en alguna noche de romanticismo. Forjador de sueños y esperanzas que busca en el cielo el surgimiento de algún lucero que señale claramente cuáles son los nuevos rumbos
85
He regresado una y otra vezhe echo una tonta guardia en aquellas coordenadas sideralessin que se alinearan de nuevo los planetas.Aquella milésima de segundoque desprendió esa masa incandescenteno tiene eterno retornoque me sitúe de nuevo ante aquel destello.Solo en el recuerdo vivirá aquel éxtasisde novato observador de las estrellas. Orión me distrae a vecesy la estrella del sur me guiña un ojo.Es mejor desprenderme de los sueñoshoy decreto libertad a las estrellas.De qué me sirven tantos puntos luminosossi la única que trajo alegría se extinguióen meteórica y rauda huída.
86
Debe ser el equinoxio de primaveraque comienza a despedirseante la asomante presenciadel solsticio del nuevo verano.Algo ha ocurrido en el espacio sideralalgnunos astros salieron de su órbitao se produjo ¿tal vez? un punto neutrodonde se entrecruzan otros tiempos con nuestros tiempos,otros espacios con nuestros espacios.Será tal vez lluvia de meteoros,son muchas las estrellas que se cruzan por mi mirar. Aunque el espacio celeste ya no sea celestey mi espacio parece más un agujero grisno puedo dejar de mirar lo altoen la espera de algún milagro sideral.Las estrellas ya no me pertenecenhasta la aljaba en que las guardaba tiene ahora otro dueño.Desde millones de años luzsolo me queda mirar pequeños puntos luminosos.Y recordar, y recordar, y recordar, aquella nocheque el firmamento me permitió disfrutarde aquella estrella fugaz.
87
El mar se enojó otra vez,
es una ira incontrolable
se azota y se azota una y otra vez
contra las frágiles embarcaciones.
Los barcos mayores se fondearon,
lejos de la costa se guarecen cobardemente
Acá en la costa permanecemos los débiles
que ha duras penas soportamos estoicos
la arremetida furibunda de las olas
y el viento que nos impide agarrar rumbo.
Un náufrago de fría costa,
azotado otra vez.
La esperanza amenazada con zozobrar.
El mar se enojó otra vez,
Mientras yo, aquí solo,
no atino más que a mirar
como todo es amenazado por Poseidón.
88
Me persiguen los fantasmas
cada noche los espíritus del pasado
se divierten en mi almohada.
La noche se va tornando
en alocada y bohemia danza
que no da descanso a mis huesos.
La amenaza es sacarme de la cordura,
si es que puede ser cuerdo
quien se defiende con el arma
de un vaso de ron de dudosa procedencia.
No espanto los fantasmas
Que en la locura prometen perpetua amistad.
Antes de que la locura me saque ha bailar
como un cobarde, o un valiente?
emprendo hoy la huída.
Voy por otras compañías,
por camas sin fantasmas
por otros días
y también por nuevas locuras.
89
Ahora que tengo un nuevo nido
comienzo a trasladar mis pertenencias.
Ardua tarea es desechar
lo que alguna vez fue útil.
Cuántos recuerdos,
cuántos afectos
comienzan a ser dejados en el borde
de este camino que dejo atrás.
Me asombra descubrir
que pocas son las cosas útiles
que ahora van conmigo.
Hago testamento
de muchos sentimientos,
porque no tengo que más legarles.
Permítanme también
guardar algunos de ellos
en el baúl de mis recuerdos.
90
Se han muerto los poetas,
los juglares son seres de otro tiempo
y yo sigo aquí soñando
con viejos y barbudos organilleros
que extasiaron la mirada en días
de la Victoria de mi infancia.
Tantos años de eterno caminante
sin más testimonio que la vieja
y ajada bitácora que obedece
al nombre de guije.
No alcancé a ser poeta
Pero sí llegué a ser hombre.
Los sueños que dejo un día tirados
aquel hombre que resultó ser mi padre
son recogidos veintidós años tarde.
Pero nunca es tarde para los ideales
siempre hay un nuevo amanecer
y aunque no sea poeta,
siempre habrá algo nuevo que compartir
solo basta exista un papel y un lápiz.
91
En el fuego se han extinguido muchas bitácoras,desasidas palabras que no llegaron a ser versospero mi diestra es lastimosamente porfiadae insiste en traspasar al papel,aunque siempre en tinta roja,lo que la boca debe callar,lo que ahoga el alma,lo que oprime a la altura del corazónlo que alegra y hace sufrir el espíritu.Y aquí estoy otra vezdándole trabajo al lápiz,gastando inútilmente otra hoja de papel.Brindo a tu salud, te deseo que seas feliz,te beso en la mejilla y te pregunto cómo estás.Pero ha llegado otra vez la noche,y sólo ante esta hoja de papel,no quiero, pero cojo otra vez el bolígrafopara estampar en tinta roja,en nombre de mi boca, un te quiero, en nombre de mi alma, nada soy sin tipor el corazón escribo, un te amo,y por el espíritu, que estoy muriendo si ti.Vuelvo a brindar en tu nombrey te lleno de parabienes.Y debo escribir que se vino la noche del más crudo de todos los inviernosque los relámpagos y truenosduelen en mi pecho,que el sol se salió de su eje,que desde noche de brujas no hay alborada,que la primavera ya nunca más volverá.Aún queda ron para brindary noches de dolor para escribir.
92
De qué extraños poderes te ha dotado el cieloo de que desconocidos hechizos soy víctima.de dónde esa capacidad de llevarme atado a tu manoa surcar los espacios sideraleso de sumirme en los posos más profundosde una mítica mina de carbón.A tú lado todo de lo que carezcono me hace para nada falta.Sin ti todo lo que tengome resulta un estorbo insoportable.Un extraño complemento,a tú lado todo adquiere sentido.De la noche más oscurame sitúas en el amanecer más radiante.No te vayas otra vezacepto tu cómplice compañíasin ti, nada valgocontigo lo tengo todo.Quédate, y no me digas adiós de nuevo.
93
No me importa que tu boca no pronuncie palabra algunaque a mis preguntas muchas vecessigua tu misterioso silencio.Silencio también guardan las flores de mi renaciente jardíny parecen más hermosascuando tengo que leer entre líneaslo que escriben sus tersos pétalos.No me importa que tus negros ojossean una mirada que se pierda a vecescuándo a mi mirada sedienta de tise escabullen y se pierden y se ocultan en otro espacio.Esquivas y silenciosas son también las mariposas que alegransin más palabras que las de un cercano vueloque extasía mi mirada.No me importa que tu voz sea un susurroque a veces no alcanza a percibirmis ya viejos y cansados tímpanos.Susurro hermoso es también la brisa de la tarde que siempre espero.Susurro que no alcanza a ser vozmucho menos sílabas y palabras,pero que trae noticias tuyas.No me importa nada de todo aquello, lo que importa es que estás junto a mi, y junto a ti, mi vida se llena de sentido,No digas nada, solo permanece aquí,a mi lado, junto a mi.
94
Pagaría hasta con mi vida,aunque estoy cierto, mi pobre existenciano vale nunca tanto.Podría hipotecar mis ojosque te ven por todas partes.Empeñaría mis torpes oídosque solo esperan el timbresigiloso, melodioso de tu voz.Renunciaría a mi narizaunque para elloen el expirar la última cuota de airese me fuera la existenciaDaría absolutamente todoporque tus labios pronunciaransólo por una única vezlas dos simples y grandes palabras.Pero eso es solo un sueño,esos labios dulces como la miel,no me harán nunca el regalo,de un "te quiero".
95
Los pajarillos han retornado a mi jardín.Temprano me sacó de la camaun despertador de renovados trinos.Voces celestiales extasían mis oídos,me levanto otra vez con ganas de vivir.Mi rostro dicen que está distinto,y, como no, anoche retornó la estrella fugazy muy de mañana, pajarillos con nuevos trinosme han dicho que no fue un sueño.Que la noche te trajo de vuelta a mis brazos.De antiguos y olvidados pososbrota de nuevo un manantial,todo el jardín viste un primaveral atuendo,todo es multiplicidad de colores,todo es vida, en esta hora, en que la noche te puso de nuevo aquí.
96
Cómo describir un sentimientoninguna metáfora resulta adecuada,todas se quedan cortas,solo sirven como analogíapero nunca podrán definir con exactitudesa placentera sensación de tenerte entre mis brazos.Se puede definir los saboresy alguien con refinada nariz puede incluso catalogar los aromas,pero jamás definir lo que suscitas en mi.Tus besos, tu aroma, tu cuerpo pagadito al mío; todo eso es infinitamente másde lo que mi aletargada imaginaciónpudo alguna vez soñar.Tampoco puedo decirque te necesito más que al aire que respiroporque es mucho más que eso.A tu lado lo tengo todo, nada me hace falta.Sin ti entro en el sinsentido.No puedo con palabras humanasdescribir lo que eres para mi;solo metáforas y analogías, para decirte que contigo soy feliz.
97
Un concepto que refiere a la ausencia de cualquier sujeto, animal, cosa... Ausencia de la materia, ausencia de todo. En lenguaje coloquial cosa o suceso Que no tiene mayor importancia. En matemáticas refiere a conjuntoque contiene nada sí y sólosi es un conjunto vacío.Físicos, filósofos, teólogoshan dejado noches sin cerrar las pestañaspara dilucidar el punto de cruceentre el ser y la nada,entre la nada y lo creadoentre Dios y la nada, entre el tiempo y la nada.Cómo saber que hay detrás de la nadapara los psicólogos signo de aburrimientosíntoma inequívoco de la angustia.para mí una necesidad de encontrar respuestas,para ti, tal vez nada, es nada.Para mi, si me conduce al todoes mejor que quedarme sin nada.Está bien, no digas nada,solo quédate a mi lado,no devuelvas mi existenciaotra vez a la nada.
98
Como una vieja enredaderaque alguna vez soñó con alcanzar las estrellashoy ramas secas que un día como verdes brotes se fue entrelazandosiempre empinándose por los muros.El tejido hermoso de las ramas hoy evoca confusión.Tejedor de enredaderas he venido a sery por los muros del amorempinándome egoístamente hacia el cielotermino haciéndote daño.Desliar las ramas no es asunto fácillos verdes brotes son ahora maderas secasque amenazan con quebrarsey en vez de alcanzar el cielocaer como leño muerto en el suelo.Amor, cariño, riesgos, inseguridad, confusión, sentimiento de culpamuchas aristas en la enredadera de mi vidainvoco del edén algún jardinero celestialque sin causar dolor y muertedeslíe la confusión de esta vieja enredadera.Alguien me dijo que la única manocapaz de desarmar este enredo era la mía.Pero esta mano es cobardeporque desliada la enredaderacon los sueños rotos y las ramas yaciendo en el suelo,temo que el viento traiga otra vez la soledad.
99
Hace apenas unas cuantas hojasque ya dejaron de existir en mi calendariopedía acelerar el paso del tiempopara calzarme otra vez de incansable caminante.Ahora que al viejo calendariono le quedan ya más hojasy dos relojes han ido parar al tacho donde descansan las cosas inútiles;ahora que la brisa primaveral te acercó otra ves a este jardín que comienza a vestirsede tiernas flores que son visitadaspor nuevas libélulas haladas;ahora que compré un nuevo relojel tiempo transcurre con demasiada prontitud.Ahora que me arrancas mil sonrisasahora que compartes mi humo nicotinosoque no tiene respeto por el ozono.Ahora que un añejado tequila trajo de vuelta tus besos.Ahora que te necesito más que nunca,ahora que te quiero mucho másde lo que imaginé que podía quererte.El tiempo se transforma en mi peor aliado.Ya no quedan más hojas en este calendario,no hay más compromisos en esta agenda,estos relojes ya no caminan másy yo aquí, esperando alguna manifestación,invoco a Cronos, Señor del tiempo,que detenga la agitada carrera del segunderoo que en el último instante de este ciclo,cuando la locura esté a punto de acogermeen sus posesivos brazos,seas tú la que me saque a bailar.
100
No, esta noche no quiero escribir,pero mi estúpida mente sigue trabajando.El corazón se siente oprimidoel aire es exhalado lentamente por mis fosas nasalese inspirado con una premura inusitada.Demasiados cigarrillos que se encienden,demasiados cigarrillos que se acaban, el aire se torna irrespirable en este cuarto, el calor sofoca, pero lamentablemente, no mata.El tiempo es mi peor aliadoy no soporto el olor del ron añejado.El pulgar de mi regordeta izquierdadivide por la mitad la mandíbula inferior, el cigarrillo otra vez se acaba y amenaza con quemar el resto de mis dedos.Busco una luz, y no la encuentroy raudo trascurre el tiempo.Sirve para algo esta torpe existenciaque a tu lado solo encuentra silencio.Cuando uno implora certezastodo se torna incierto.Porqué penetraste tan profundoen lo que otras solo rozaron, porque duele tanto perderte si nunca te he tenido.Porqué duele la soledad en el que siempre ha caminado solo,porqué descuece el silencioal que siempre ha debido guardar silencio, por qué ahora quiere certezas el que siempre ha invitado a la fe.Solo porque siento que me ato a lo que nuca debí haberme atado; porque las palabras redentoras decidieron hacer silencio.Y el tiempo sigue su cursoy ya no hay vuelta atrás,me introduzco en un callejón sin salida,no hubo señalética que lo advirtiera.
101
Ya, se acabó
éste juego llegó a su fin
no dejó a ganadores
todos perdimos algo.
Ya es hora de comenzar de nuevo
ésta era llegó a su fin.
Tú tiempo y el mío tienen
coordenadas distintas.
Yo, yo comienzo de nuevo.
Tú puedes continuar pensando finalmente, para mí,
siempre existirá París.
102
Me sobraron dos cigarrillosy unos cuantos minutos.Hice el camino de un día,con un teléfono inútilque ya no sirve más que para despertador.Tal vez otro sueño llega a su fino más bien el mismo sueñoque nunca rozó la realidad.No queda tiempo en los relojes,mañana ya casi es hoy.
103
Cuando el sol del verano amenazaba con calcinar mi testuzaparecieron los días grises.Será que la naturaleza puede estar triste?Comienzo a sacudirme de 23 años toda una vida, miles de sueñosque ha nueve días estoy de abandonar.Extremadamente nerviosos transcurren los díastodo lo nuevo resulta incierto, abandono una a una las seguridades;otros sueños me motivan hoy.Les dejo las mejores cualidadesque la naturaleza puso en mi.A ti te dejo lo que te pertenece,nunca supe si realmente lo querías, pero como es tuyo, contigo se queda mi corazón.
104
Ya, tiempo de mierda transcurre de unaesta noche te desafío porque tengo la certeza que te derrotaré.No espero ninguna certeza,ratifico cada uno de mis sueñosy quédate con todo aquello que me negaste.Quédate con tus apestosas botellas de ronlo incierto de comenzar de ceronecesita de un nuevo licor.No quiero ninguna señal celestialpara estos nuevos caminosno hacen falta brújulas.Por el camino del que camina solotranscurre este nuevo viaje.Si algo he de pedirque sea sabiduríapara despojarme del viejo abrigosin que la hipotermiame prive del último aliento vital.Bienvenida navidad,bienvenido año nuevo, en hora buena últimos días bienvenidos minutos y segundos en mi reloj nuevo.Y, si es necesario,también te acojoy te digo, bienvenida soledad.
105
Estas cuatro paredes están a punto de arrojarme lejos de sí.No soportan más, ya son 1500 nochesde soportar solo aire nicotinoso.Busco otras cuatro paredesque no teman al humo de mis cigarrosque sean capaz de soportar a un eterno soñador de utopías humanas.Busco un espacio propio, íntimoque me permita poner orden a mi vida,que me ayude a olvidar todo aquello que es mejor olvidar,que me motive a construirtodo aquello que soy capaz de construir.Cuatro paredes que sean míascomo míos son los sueños,como mías las esperanzas.Busco cuatro paredes y, tal vez,alguna soñadora que me sigaen la locura que ahora emprendo.
106
Qué haré en adelanteen la hora de los cigarrillosque están convirtiendo grisun auto que hace poco era blanco.Tal vez vuelva grises otros lugares.Este cuarto que ahora dejo también era albo.Tal parece mi oficio es contaminary tornar triste lo que ayer era sonrisa.En la hora del adiós veo nubes que traen lágrimas,vienen inevitablemente a mi mente los errores, pero no, nunca fue un error.Nada, aquí voy una vez máscigarrillo en mano, como siempre.Ya no hay vuelta atrás,si alguna vez preguntas por mi,por ahí estaré,nicotinando otros sitios, otras almas, pero siempre con el recuerdode aquel cigarro compartido.
107
Al fin y al cabosiempre tuve vocación de caminante.Me voy, Temuco es la próxima estación.Espero que allí el Pillán, espíritu milenario que habita en los volcanes, logre arrancarte de mí.Intenté por todos los medios quedarmeporque abrazaba alguna esperanza.Pero no, estoy emprendiendo la huída,no es nada más que una huída.Necesito sacarte de una vez, renuncio a todos los planes y proyectos que me sujetaban a este sitio.Huyo cobardemente.Necesito empezar de nuevoy sin ti, no soporto más este lugar.Arranco de tí, porque la locura se ha aproximado en demasía.Aunque también, ya lo sabes,mi corazón se queda aquí.Puse todas mis fuerzas, todas mis energíaspero no fue suficiente, a la postre terminé sufriendo la derrota más cruel.No puedo arrancarte de otra forma,por eso, lo mejor es cobardemente:Huir.
108
Otra vez el marque mira y me provoca,ya antes me despedí de tiy aquí me tienesparado en tu costa mirando el juego de las olas.Una vez vine aquíen busca de nuevos sueños,pero esos sueños envejecierony ahora he vuelto para abandonarlos,de pie en la misma costate los devuelvo.tus olas los alejarán de mi vistay tu sabrás que hacer con ellos.Yo, parto ahora en pos de otras quimerasque tal vez tu no comprenderás.Ya sabes, siempre tuve vocación de caminante,y ahora parto en busca de nuevas playas,de otras cálidas arenas,de nuevas juguetonas olas,de sueños que no envejezcande amores que sean de verdad.
109
Despojado del atuendoque me revestía de demasiados poderes,sin el aire de divinidad que comenzaba a ahogar.vuelvo a vestirme con antiguos harapos de la humanidad,con cientos, miles de incertidumbrespero con la frente en altocon la dignidad de quien no se traicionó a sí mismo.Vivo la hora cero,ubicado en el centro de la zona cero,a punto de cruzar la puertaque me deje mirando de frentea la nada y a la vez al todo.Aquí, comienzo de nuevo,otra vez el punto de partida es cero;pero los números resultan racionalesy no serán impedimento para los sueños,para las nuevas emociones y para los nuevos afectos.Despojado de todo,con la aljaba llena de recuerdos,con el corazón solitario y dolorido,pero con los ideales y sueños intactos;tenme miedo vida porque a dueloen este viejo puerto ahora te reto.
110
El mar trae ruidospero el ruido no trae respuestas,las olas alocadasse acercan una y otra vezsin que llegue hasta mis piesalguna botella portadora de un mensaje.Barcos de otras banderasse aproximan demasiado,pelícanos, alcatracesjuegan en el agua,las gaviotas entonan himnosque evocan otra despedidas.Desde el cielo han sido colgadas casas multicolores,luces que iluminan las noches.En este puerto hago testamentopido perdón a quien se ha defraudado,doy gracias a aquellos de los que todo lo que soy lo he aprendido.Dejo en estas costaslo que de mi constituya buenos recuerdosy ato a algún crustáceo lo que pueda empañar lo que he sido.Invoco alguna sirenacapaz de desprenderse de su colaque me acompañe en el nuevo viaje.Voy dejando la arena empapadamuchas lágrimas regaron la arenapero tierra salada y lagrimas saladasno engendran nueva vida.El corazón, no lo dejo, ni lo llevoya no es mío,se quedó enredado en otra parte.
111
En la hora del último alientose valora el fresco aromaque trae matinalmente la brisa de este mar, testigo mudo,de tantos y tantos sueños.Te contemplo en tu inmensidad,me contemplas en mi pequeñez.No es necesario el ruido de tus olas,no es necesario que pronuncie palabra alguna;se da por entendido, es la hora de adiós.De esta vida, inspiro el último sorbo,en estas aguas me contemplo por última vez.Tú seguirás en perpetuo ir y venir de tus olasyo dirigiré mis lerdos pasospor nuevos e inciertos caminos.Tal vez otro amanecer me sitúe en tus costascuando las heridas hayan cicatrizado.Hasta esa hora en que nos reconozcamos,los que compartimos tantos secretos,andaremos por distintas latitudes.Hasta entonces viejo amigo de este muelle,conserva mis recuerdos, mantén vivos los sueños;volveré con nuevas historias, y tal vez con otros amores.
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Partido en dos mitades el sensible poeta que vive en mí pensaba en el mal de amores mientras el hombre de razón que es mi otra mitad filosofaba: Entre dos males Siempre es mejor el que hace menos daño. Entre dos amores siempre es mejor el que hace menos daño, aunque el te haga más daño sea el que te permite seguir soñando; el que hace menos daño es el que te posibilita vivir la existencia en paz. Aunque el que te haga más daño sea el que te recuerde que estás vivo; el que te hace menos daño es el de sentirte acompañado, cuidado y protegido, En conclusión: El que te hace menos daño, es el del amor desinteresado que solo recibes con la gratuidad de quien sabe no lo merece y sabe que por más que se esfuerce en corresponder de igual forma siempre será incapaz. Que de lo alto llegue una ayuda, yo también quiero ser aquel amor que haga menos daño si es que no alcanzo para ser regalo del mayor de los bienes. Pero, no, no puede haber conclusión: el dualismo permanece y en esta confusión sigo estando dividido
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Aquellos días grises cuando otoño e invierno se confundían una mariposa triste alegró mis negros ojos. desafiando las leyes de la naturaleza permaneció solo con el alimento de un viejo pistilo que alguna vez fue bella flor. Mi niña, te bauticé. Y mi corazón viejo y tonto quedó por siempre amarrado a ti. Sin darme cuenta que los seres alados no pertenecen a ningún sitio y que solo aman la libertad. Hoy, que pertenezco a otro jardín dónde tus alas no alcanzan ha llevarte me siento acompañado de tu recuerdo. Mi corazón se quedó en otra parte, en otro tiempo, en los días de una mariposa de invierno. Hoy mi miente quiere alejarte pero mi corazón sigue el aquel jardín de la única mariposa que me ha permitido soñar.
114
No, no ha sido efecto del sol aunque mucho calor acompaña estos días No, no han sido saladas lágrimas las que han empapado este lecho. Es simplemente sudor, sudor de dos cuerpos alocados que se han confundido en un río de pasión. Calladas las sábanas, arrugadas las sábanas soportan nuevas envestidas de dos bestias humanas que sucumben a las elipses de un placer que parecía olvidado. Es una lucha que no tiene tregua como oídos que no escuchan razones. Es un enredo de entrelazados miembros de dos seres humanos que no pueden zafarse del grueso nudo que es la pasión.
115
No se en cual estación quedaron extraviadas tus huellas en algún polvoriento andén se confundieron con otras pisadas. En la hora en que se puso en marcha aquella vieja y negra locomotora me encontré solo en las duras butacas de aquel vagón de otro tiempo. El pasado quedó en aquella gris estación aquel día nublado en que extravié tus pisadas. Otras estaciones, otros soles, nuevas huellas acompañan hoy a mis pasos.
116
El mar continúa su eterno movimiento se acerca y se separa de mis calzados. Una brisa salada amenaza con mojarme; mis largos cabellos añoran un chapuzón. Colocado ante es esta playa frente a un mar de mucho oleaje, pisando arena empapada por unas lágrimas que no me pertenecen. El sol a esta hora ya está lejano a punto de esconderse en la inmensidad. Unas gaviotas peresosas persisten en su vuelo casi nocturno. Yo me largo, abandono esta costa, aunque amada, nunca me perteneció, lo retorno a sus dueños, las gaviotas con mis saladas lagrimas me construiré mi propia playa.
117
Antiguos vagones antiguos rieles locomotoras a carbón que desafiando años y temor de convertirse en chatarra inútil hace sonar una vez más su ronco silbato y deja atrás la vía muerta. Un negro carbón extraído a cientos de kilómetros hace rejuvenecer las antiguas palancas. El humo de mil cigarrillos se eleva al cielo. Tenue y soñador se oye el silbato visera sobre la frente sonríe el viejo conductor. Aquí vamos en busca de una nueva estación.
118
Desde las torcidas ramas de un árbol que no ha muerto solo porque sus raíces se refrescan en las placidas aguas del navegable río, con sus negras plumas y sus taciturnos ojos me saludaron los cormoranes. Uno al lado del otro cada uno apoderado de su rama me han visto pasar impávidos me recorren con su mirada. Me habla el contraste de sus alas con el verde de la totalidad del paisaje. Parecen carroña pavorosa, pero no, no lo son. Vigilantes del tránsito del navegable río, los cormoranes me hablaron y yo comprendí la señal. Atrás quedan esos negros plumajes, atrás los taciturnos ojos. Llegado al muelle de desembarque todo tiene otros colores, todo es algarabía. Los cormoranes ahora; solo recuerdo de otros días.
119
La vida es un árbol que se enreda con cada brote primaveral se entrelaza y confunde nuestra historia Cuando emergen las raíces y el objetivo es cobrar altura las ramas lo confunden todo y el movimiento ascendente se torna de pronto transversal. Las decisiones personales nada cuentan cuando llega el hortelano cuando el sueño se elevaba hasta el cielo la mano negra y callosa retorna nuestros sueños hasta el suelo. Ramas rotas que desprenden la sabia vital una decisión ajena que lo trunca todo y cubre de muerte el renaciente jardín. También es la vida que implica dolor una eterna lucha entre la muerte y la vida un eterno retorno del invierno a la primavera. Todo es justo y necesario, mi decisión y también la tuya. Necesario era el paso del hortelano para que surjan hermoso renovales a la vera de nuestros camino. Necesaria es la muerte y el invierno. Ya retornará otra primavera y con ella de nuevo la vida. Hoy te mantienes ligada a mi como un presente doloroso, mañana, tal vez, dulce recuerdo. La semana entrante habrá otro sueño. Es la vida: un eterno retorno, un dolor que va pasando, una esperanza que mantiene vivo a este eterno caminante.
120
En las hermosas tierras ancestrales, El trigo ya maduro me acarició esta tarde. Sembrado en primavera, en una tierra preparada en días de eterna lluvia. Hoy, amarillo, terso, oloroso, me acoges cuando renazco a la vida. Gracias por tantos otoños en los que me esperaste, gracias por tantos inviernos que preparaste el lecho, que recién este verano me acoge. Me aceptaste con todo lo que soy, me amaste con todo lo que carezco. Como el trigo ya maduro en la paciencia sabia de la naturaleza; con el tesón de quien aguantó los duros temporales, la vida te preparó para mi. Otro tiempo está naciendo, el tiempo que te pertenece y me pertenece, el tiempo del amor que esperaste, el tiempo que me regalan los espíritus sagrados de las montañas para poder recompensarte.
121
Un nuevo día una antigua esperanza los mismos viejos pasos por la antigua y conocida acera. La ciudad de los mares me está convocando. Las lagunas, ojos misteriosos comienzan a hacerme guiños. Vetustos y nuevos amores se aproximan en demasía. Este cansado y lastimado órgano se encuentra confundido. Los antiguos fantasmas aún perviven, pero para un hombre que renace a su vocación de eterno caminante no hay compañías que ahuyenten.
122
Cuántos más kilómetros serán necesarios para renovar un corazón estúpido que empeña en seguir pegado a las ruinas que hace poco dejó atrás. Cuántas horas más se necesitan para que no sea necesario oír el mital claro y dulce de aquellas cuerdas vocales que extasían mis oídos. Dónde guardo todos los recuerdos que no he podido mantener atrapados en estas viejas maletas que han recorrido 300 kilómetros para huir de lo que solo fue un sueño. Qué hago contigo, mi mente quiere, pero mi corazón se resiste a asesinar este fantasma tuyo que se asoma también en los nuevos caminos.
123
Con Silvio comenzó esta historia en días de utopías y revoluciones: "Fusil, contra fusil" y una revolución que recién acabó cuándo tuve que simplemente decir: "dónde pongo lo hallado" ahora que eres la luna, los perros y todos los amigos. Tratando de encontrar explicaciones a éste paso de lo divino a lo humano, me respondió Alejandro Filio que no buscara otras respuestas, ya que simplemente: "Vienes con el sol". Ismael Serrano también sonó demasiadas noches y el "vértigo", se hizo pan de cada día. "Últimamente" planee una huída no fue preciso Marte, pero tampoco tendré que dar explicaciones. Llegó de Filipinas un tal Aute que me dijo que "te estoy perdiendo" que no todos los caminos llevaban hasta Roma, la vida es absurda y que a este mundo cuesta entenderlo; mientras tanto, me queda "sin tu latido". Entre tanto anduve envenenado besando otras bocas, buscando compensaciones, tratando de olvidarte, cuando, "y sin embargo" te quiero. Un gitano Andaluz llamado Sabina me acompaño en estos "19 días y 500 noches". No se lo que viene, ni siquiera se quien viene o quien regresa. Comienzo de nuevo y busco quien interprete los nuevos días; o tal vez sea yo quien deba poner música a mi pobre poesía. Busco en esta hora alguna machi que con sus hiervas y sahumerios, con un sonido lejano a trovadores, me devuelva el extraviado corazón.
124
Solo cuando mis negros ojos se inclinan como queriendo mirar la tierra humedecida la vieja pupila la mente hace abandono de este hastío hasta perderse en otros tiempos que le transportan a recuerdos de aquellos días y a la compañía de una única compañía. Sí, es verdad, yo también reposé mi cabeza en pálidas nubes que contrastaron con el azul de un cielo entonces claro y nuevo. Es verdad, yo también me alimenté de las tibias caricias que el astro eterno nos regalaba en fríos de días de ese antiguo inverno en otros lares. Sí, todo es verdad, yo también tuve sueños. Entonces era hermoso reposar mi cabellera en aquellas plácidas nubes. Hoy, tal vez existan otros soñadores. Yo, no. Los muertos no soñamos Sino que dormimos un sueño eterno. La almohada se ha vuelto tosca y fría los sueños, son recuerdos de otros días.
Largamente empinado en pos del azul
hasta alcanzar un cielo que se torna gris,
los pies firmemente atados
a raíces que hunden en la reseca tierra.
Las montañas, a lo lejos,
me recuerdan siluetas corpóreas
de no recuerdo, cuál desordenada cama.
Prisionero del sin sentido
en un eterno retorno al hastío
de otro nuevo día que comienza.
Comienzo a despojarme del vestido añoso
en otro otoño que deja al descubierto
otra vez mi desnudez.
Sacudido por la brisa del medio día
cual vetusto desgastado tras el paso de las horas,
soy mecido en la búsqueda del necesario sueño.
Mustio final para quien imaginó grandes sueños,
hoy, adulto álamo que espera el golpe de gracia
de afilada hacha que interrumpa el flujo de la vida.
Sólo el recuerdo y la visión de una silueta montañosa,
permite afrontar en serena paz
como se interrumpe el fluir de la sabia de la vida.
Si es el final, que sea en paz,
en la serenidad de quien o guarda rencor,
con la tranquilidad de quien vio pasar muchos otoños
sin haber sido capaz de liberar los píes
atrapados firmemente a raíces subterráneas,
pero con la certeza de quererte hasta la eternidad
2
Átame a tu cintura,
que tus dedos y los míos se aferren
como un tejido metálico.
Detenme con hechizos y encantos,
domestícame hasta convertirme
en un tierno cachorro.
Destruye los puentes,
atocha de vehículos las carreteras,
descarrila los viejos trenes.
Los aviones por aquí no pasan,
sí has de preocuparte por alas,
que sea de las mías.
Oigo voces por los caminos,
me están llamando los rieles,
mis alas otra ves quieren emprender vuelo.
Se está inquietando el Eterno Caminante.
Átame otra vez a tu cintura,
o emprende vuelo conmigo.
3
Otra vez los gruesos goterones
insisten en golpear los cristales.
Lo que empañó mi aliento vital
ha sido borrado mágicamente
por saladas lágrimas que caen del cielo.
El invierno perezoso tarda mucho en marcharse,
tenue es el emerger de cálidos sentimientos,
que otra vez tan pronto desaparecen.
Sólo me quedo ante la vieja ventana,
solo con la sombra de mi silueta triste.
Solitaria se torna la acera,
solitaria también mi habitación;
torrentes caen de mis negros ojos.
Los golpeados cristales no generan voz
que susurre esperanza a mis oídos.
La primavera fue solo un sueño,
el invierno, nunca se marchó.
¡Que día! Otro sueño que ilumino mi cuarto
desapareció cuando los gruesos goterones
golpearon los empañados cristales.
4
Frías son las sábanas esta noche
en que la conciencia me ha hecho caer en cuenta
que en la carretera de la vida estoy solo.
Nunca antes este lecho en que reparo mis fuerzas,
fue sentido como un estorbo,
un nido en el que no quiero echar mi humanidad.
El colchón antes placentero se ha tornado duro,
la almohada no logra atrapar mis pensamientos
y el sueño se extravío por sucia calle.
Sigo aquí, en una cama que no me pertenece,
entre muros que nunca serán míos.
Unas cuantas pertenencias en perfecto desorden
y muchos sueños que quedaron atrapados
en una lejana estación de trenes.
Las sábanas continúan heladas,
sin otro aroma que el de mi propia humanidad.
Lástima que la soledad no tenga olor
que haga más llevadero el paso de las horas.
Esta noche he odiado esta cama.
El recuerdo a volado a antiguo lecho
rebosante de aromas, caricias y besos.
La soledad es derrotada por el sueño.
El nuevo día, por la ventana comienza a clarear,
mi fatigado cuerpo ha reposado en este nido.
Un aroma conocido en otro tiempo,
permanece adherido a mis fosas nasales.
El despertar se hace sereno,
y ahora…,
de estas arrugadas sábanas no me quiero separar.
5
NO
Una pequeña embarcación valdiviana,
transportó algo más que dos cuerpos,
en un día de verano amenazado por la lluvia.
Las aguas dóciles del navegable río
se tornaron agitadas tras su encuentro
con un pacífico que lo contempla
con amenazante sacudir de olas.
Allí nos contemplaron los espectros.
Envidiosos los espíritus del maremoto
no pudieron detener los cómplices pasos
y la intromisión de almas gemelas,
en la tierra en otros tiempos
sacudida por las grandes olas.
Valdivia nos cobijó por corto tiempo,
los grandes fuertes españoles
se hicieron débiles obstáculos.
El amor se vio fortalecido.
Como el río, todo se deslizó en paz.
Ni la furia de Neptuno se desató
cuando en el fluvial camino
desembarcó el amor.
6
Todo resultaba extasiante perfección,
los sueños acudían a nuestro encuentro.
Nosotros atados por las manos,
tendidos plácidamente en el suelo,
parecíamos tocar un cielo nuevo.
Las nubes diminutas danzaron alegremente,
cuando escucharon nuestro alocado plan.
El sol tibiamente nos acariciaba
prometiéndonos su energética compañía.
Nosotros también nos acariciábamos
y prometíamos amarnos toda la eternidad.
Pero soñando nos encontró el temporal,
un viento huracanado separó los sueños.
Hoy solo queda el nítido recuerdo,
de dos manos atadas tiernamente
y dos cabezas que soñaban mirando al cielo.
Las nubes diminutas crecieron,
hoy no es posible mirar el azul del firmamento.
Los sueños volaron muy lejos,
el sol olvidó su promesa.
Yo, como si fuera hoy,
recuerdo las mías,
tal vez el viento suave tras la tempestad
traiga de vuelta las promesas tuyas.
7
Es casi una esquizofrenia,
oigo las voces chillonas,
son de nuevo los viejos rieles
que no se cansan de llamarme
otra vez a viajar solo.
Y, ¿si mis oídos se hacen sordos?
Y, ¿si compro dos boletos?
Voy a mantenerme lejos de esta vía.
Si he de viajar será por mar,
y tú y yo seremos dos puntos diminutos
que surquen la inmensidad del océano
en pos de un nuevo horizonte.
Junto a ti, será mi último viaje.
Las grandes olas serán mecedora
para los nuevos sueños,
las gaviotas serán guías,
unos marineros ciegos
conducirán la embarcación del amor
hacia el puerto de la renovada pasión.
Nuestro equipaje solo tu historia
desde que se cruzó con la mía.
Ya está sonando el silbato.
Mi voz, la voz del capitán
que te indica que ya es hora de embarque.
Une tus pasos a los míos,
ya es hora de zarpar.
Otra vez viajaré, es cierto,
pero esta vez tu serás mi brújula,
por eso no temo extraviarme
por desconocidos valles.
Yo seré la bitácora de tu viaje
y el amor, nuestra carta de navegación.
8
Un pequeño punto luminoso
en el oscuro firmamento
ha llamado poderosamente mi atención.
Un lucero lejano,
quizá un sol a millones de años luz,
me muestra un punto en el espacio,
a dónde solo en sueños podré llegar.
Una pequeña estrella ilumina la noche,
mi noche, porque para ella
tal vez sea un radiante medio día.
Es ilógico que sea pequeña,
ante ella soy yo el diminuto,
un pequeño punto en el infinito del espacio.
Soy eterno caminante
en mi limitado y corto tiempo.
Alcanzar aquella estrella,
no es tarea sino para cosmonautas.
Mis pequeños pies trajinan,
solo pegadas al polvo de la tierra.
En otro espacio y en otro tiempo,
está aquella luz que extasía mi mirada.
Caminante de otras galaxias,
solo en pobre sueño.
Soy caminante diminuto
de un sendero polvoriento,
en eterna de búsqueda
de una estrella diminuta.
Luz misteriosa y extasiante
que emergió en Chiloé.
9
La mano firme y callosa,
adherida al mohoso arado,
surca una y otra
vez la fértil y húmeda tierra.
La esperanza es una estrella
que brilla como un sol
junto a espinosa cerca
de un sueño a punto de concretarse.
Los bueyes, uno al lado del otro,
lento, pero seguro el tranco,
no aflojan en su tarea de tirar
la esperanza del moreno agricultor.
La semilla vendrá luego,
ahora es tiempo de preparar el terreno.
La esperanza sigue brillando.
La tierra se torna un tejido hermoso
de un surco y luego de otro.
La semilla está próxima,
yo terreno preparado,
te aguardo con paciente esperanza,
mientras la estrella
se hace brillante y cercana.
10
Las manos en la cintura,
la vista fija en la orilla.
Espuma y algas en extraño juego,
salen y vuelven para ocultarse.
La salada agua casi llega a mis pies,
en su intento desinteresado,
por invitarme a un desconocido juego
de los espirituales habitantes del océano.
Una llovizna salada
de aguas azotadas contra roca,
quieren sacarme del letargo,
que me tiene manos en la cintura,
evocando el recuerdo de otros días.
La arena se ve invadida,
y a veces entra en el juego.
Las rocas estoicamente resisten
el castigo milenariamente cruel
que ya ha socavado gran parte de su piel.
El juego continúa más próximo,
mis zapatos se sienten húmedos.
La vista fija en el extraño ritual,
agua, arena, algas,
se recogen y vuelven a emerger.
El movimiento cíclico,
extasía, relaja y te evoca.
Los espíritus marinos,
continuarán jugando.
Yo, regreso a la soledad en que me dejaste.
Con los zapatos húmedos,
pero con el alma en paz.
11
No
El humo de la chimenea se eleva al cielo.
La nieve comienza a vestir de blanco
las altas montañas que ayer vestían de gris.
Los pájaros presurosos buscan refugio
entre las ramas ya humedecidas.
El fuego congrega sentimientos
y de mi infancia acuden los recuerdos.
Soñando mi propio nido,
la mente viaja al frío de mi niñez.
Con añoranza del nido original,
de la fuente de los más genuinos afectos.
Nostálgicamente me sorprende la noche,
al calor de los recuerdos viaja mi espíritu,
mientras el humo busca la cumbre
de los recién blanqueados cerros.
En la soledad del melancólico,
con la esperanza de cálidos días,
mi mente ha viajado hoy,
a la Victoria de mi infancia,
donde el calor de sólidos afectos ,
me permite soñar en paz.
12
Como un pequeño gorrión,
sobre la débil y verde copa
de un empinado álamo
contemplo el cíclico movimiento
en que trascurre apacible el día.
Pecho al frente,
cabeza erguida,
la vista fija en un solo objetivo.
Las alas se abren bruscamente
y planeo a otro árbol más cercano.
A lo lejos,
se ve agitada la ciudad,
aquí,
entre árboles danzantes,
todo es calma, todo es paz.
Como un pequeño gorrión,
en la sima del simbrante álamo,
preparo las pequeñas alas,
para volar junto a ti,
en libertad.
13
NO
La flor se ha marchitado,
la muerte comienza a mostrar
su temida presencia.
El botón adquiere color rojizo,
las hojas arrugadas se contraen
hasta tornarse un amuñado paquete
de sequedad y muerte,
que espera ser sacudido por el viento
hasta caer y convertirse en nutriente de la tierra.
Es otoño y el ciclo de la vida
se asomó a mi ventana.
Muerta la flor,
evoca otros días de hermosura y tercedad
con que se vistió este jardín.
No hay tristeza, ni dolor,
hermosa la muerte posa sobre las verdes ramas.
Pétalos resecos,
botones que languidecen,
tierra expectante,
nutriente de fértil valle
que en primavera aún lejana,
restaurará la vida en mi jardín.
14
Con la lentitud propia de la paciencia
el manto gris ha comenzado a bajar.
Centímetro a centímetro,
la montaña antes brillante
se ha comentado a vestir de gris.
Los últimos pájaros vuelan
en un presuroso refugiarse a sus nidos,
los árboles agitados por la brisa,
también se colocan el lutoso atuendo
en esta extraña tarde de inicios de siglo.
Unos grillos cantan a lo lejos,
sacudiendo la pereza del diurno sueño.
Las estrellas destellan pálidamente,
confundidas en el azul-gris,
con que se ha vestido también el cielo.
El aire, ahora fresco se ha colado
por mi entreabierta ventana.
Mis párpados parecen cansado,
la pupila bien dilatada,
contempla el morir de otra tarde.
En el crepuscular atardecer de este valle,
mientras la cortina de la noche
lo va cubriendo todo,
la luz de las estrellas ya alcanzan un brillo intenso,
los grillos se hacen un coro multitudinario.
Antes de cerrar la pequeña ventana
mi mente te ha traído a mi lado.
15
Instrumentos no humanos,
voces otorgadas por la madre tierra,
dan origen a sinfónica melodía.
Agudizado el oído,
la pauta musical se hace clara.
Por el arpegio de imaginaria guitarra
el viento comienza a interpretar
la suave y bella sinfonía.
Cercanos pájaros en vuelo rasante
percusionan con sus alas;
las aves más pequeñas,
desde la empinadas ramas
agregan angelicales voces.
Todo se torna melodioso,
hasta el agua de un riachuelo cercano
agrega sus notas a esta partitura.
Mi respiración se hace pausada:
Hasta el aire que penetra
para luego ser expirado
de mis fosas nasales ,
parece sumarse a lo sinfónico.
Ante el cántico de la naturaleza,
el ruido del progreso se ha hecho silencio.
El gran concierto del ciclo de la vida
continua nítido en mis oídos.
Mi cuerpo se queda en paz,
mi mente vuela lejos y te trae hasta aquí
para que disfrutes, conmigo,
este magnánimo concierto.
16
Una mariposa perezosa
desafío el avanzado otoño,
quizá en su último vuelo
de una tibia mañana de mayo.
Tarde te sorprendió la vida,
la naturaleza te dotó de alas
cuando la temperatura es baja
y la amenaza de perecer está cercana.
Un vuelo hermoso, rasante,
de libélula alada,
prolonga la esperanza en un jardín
que comienza a vestirse
el mísero atuendo otoñal.
Blancas alas se siguen batiendo,
inspiradas, tal vez,
por los tibios rayos de sol.
El viejo jardín, aún con vida,
ya casi ausente de colores,
no quiere dejarte ir.
Una mariposa que vuela en otoño,
es signo de renovada esperanza.
El viejo jardín otoñal,
que acoge la tierna visita
ha rejuvenecido el espíritu,
en la esperanza de una,
aún lejana primavera.
Mientras tanto,
se resiste a dejarte ir.
17
Una estaca, un alambre,
otra estaca y otro alambre.
Un barrote y otro barrote,
una reja entre mi ventana
y el hermoso jardín.
Un cigarrillo y otro más;
mientras el nicotinoso humo
escapa por la ventana
he intenta surcar el cielo.
Una muralla y otra más,
una baldosa y otra baldosa.
Un velador, una cama,
una lámpara, unos libros;
yo y la soledad.
La vista más allá de los cristales,
mi cuerpo, de este lado del cuarto.
Mi mente, en tu cama;
mis pies sobre las sucias baldosas,
de este lado de la realidad.
Mis sueños, a tu lado;
yo entre estos muros,
tras estos barrotes,
dentro de esta cerca;
yo y la soledad.
Tras la cerca, los cerros.
Tras los cerros, la esperanza.
A cientos de kilómetros,
la vista va más allá de los cristales,
más allá de los cerros,
más allá del tiempo,
más allá de la distancia,
a un mañana en el que estás tú
y a tú lado, estoy yo.
18
No se cómo, pero aquí estoy.
Mi mente no tenía un norte fijo
y los pies me condujeron
a este viejo muelle de embarque.
Los ojos reparan en el mar,
a centímetro de mi, juega el agua.
Es hermosa la bahía a esta hora de la tarde.
A lo lejos, el sol se oculta,
sus rayos en el horizonte
me sugieren la idea de embarcar.
Mar adentro navega la lancha,
los viejos pescadores preparan sus redes.
El crepúsculo, como velo de una viuda,
lo torna todo tenue.
El mar ya no es calmo,
las olas se agitan y amenazan.
La costa desapareció completamente,
rugen las olas y viejos espectros
atemorizan la embarcación.
Que contradictorio amigo resultaste,
dócil en la orilla, temerario en tu inmensidad.
Los pescadores en ardua faena,
amigos del espanto marino,
reparan mi desconcierto.
La pequeña embarcación
resiste el embate de las olas.
Las redes recogidas, rebosan de peses,
la embarcación enfila con rumbo desconocido.
Los espectros quedan atrás
en la medida en que diviso
las luces de la caleta en que me esperas.
Que frágil fui allí dentro,
un punto diminuto y temeroso
zarandeado al vaivén de las olas.
Que contradictorio es el mar,
que contradictorio el amor.
Otra vez en la caleta,
los pasos se hacen rápidos,
pero pacíficos.
A mis espaldas las olas suavemente,
siguen golpeando el viejo muelle.
En frente, la iluminada calle,
me conduce presuroso a tu lecho
donde nos encontraremos
en tormentosa pasión.
19
No
Polvoriento y empinado sendero,
por una cuesta que conduce a una loma.
Tras la loma, otra loma.
El equino a paso calmo,
soportando el viejo arriero.
Lento se hace el camino,
lento el tranco del potrillo,
que quedado atrás se entretiene
en cuanto arbusto posee buen olor
y parece apetitoso al paladar.
Lento el caminar, grande la distancia
entre la yegua y su potrillo.
El arriero, amenazado con ser tumbado
ha comenzado a sudar.
El potrillo inquieto emprende el trote
hasta alcanzar una vez a su madre.
La cima de la montaña,
se ve aún muy lejana;
el punto de partida en verde valle,
apenas ha sido dejado atrás.
Empinado y arduo se hará el camino;
los riscos comienzan a ser peligrosos,
pero a la sima hay que llegar.
Sudados, fatigados,
cubiertos de polvo,
el arriero y sus bestias,
la cima por fin alcanza.
La cuesta abajo será más rápida,
aunque no menos peligrosa.
El corazón rebosante de alegría,
al hogar estoy pronto a regresar.
20
Tersos pétalos, tiernas hojas,
llamaron poderosamente mi atención.
Un enorme y bellos jardín
por un momento alucinó mis ojos.
Pero una sola flor, hermosa,
llamó mágicamente mi atención.
Volví por ella a diario, resultó casi una obsesión.
La primavera se prologó,
otoño e invierno se sucedieron,
la flor nunca se marchitó.
La contemplé, la estudié,
gasté minutos y horas
en el extasío de su contemplación.
Me convertí en erudito,
un botánico alucinado
y loco ante un nuevo descubrimiento.
Quise ponerte un nombre,
pero todos resultaban pobre comparación,
tu esencia era superior a toda analogía.
En un acto de absoluta locura,
me decidí a interrogarte,
en busca de tu exacto nombre.
Pero, resultaste curiosa
y el interrogado resulté yo…
21
Neos
La rueda sigue girando
y nuevas pertas comienzan ha abrirse.
Nuevos tiempos se asoman a mi ventana.
Los rayos de sol dejan atrás su timidez,
los pajarillos me sacan temprano del letargo,
en el jardín todo es vida
cuando escasos son los pasos
para integrarme a tanta magia.
La rueda sigue girando
y el olvido va guardando
lo que ahora es estorbo.
Veinte dos años acumulan mucho polvo
en el que he dejado profundas huellas
que difícilmente podrán borrarse.
El ciclo de la vida no reconoce retrasos
y aquí abandono buenos recuerdos.
La rueda sigue eterno movimiento,
rotación y traslación dos dinamismos
que me invitan de nuevo al ejercicio.
Sacudida la pereza,
otra vez eterno caminante.
22
Que hermosas son las mañanaslas montañas comienzan a maquillarsemientras los tímidos rayos de solcual cabello agitado por el vientonos retornan la alegría de estar vivo.No hay noches eternasinevitablente clarea el nuevo día.Las horas crepuscularessolo son incapacidad oscurade atrapar la luz radianteque de todas formas siempre retornan.Aquí vamos, un nuevo día comienzasiempre hay nuevos sueños.Ha perseguir otros ideales, la noche larga y ruín a quedado atráshoy comienzo otra vez a andarlos asomantes nuevos caminos.
23
Que rápido transcurre el tiempo,solo ayer todo era lluviay ropas gruesas cobiajaban mis huesos.Llegó de nuevo el soltodo es verde en el jardínnuevas flores distraen mi mirada.Sacudida la pereza de cinco añosme decido a renacer.Renuncio a toda cadena que aseguraon mis pies.Voy ha asumir riezgosde las cenizas renaceré.
24
He cruzado muchas veceses un desierto que ya me reconoce amigo. No me altera si no que invita a calma su silbido eterno.No me ensucia sino me acaricia la brisa que trae polvo de antiguas calicheras.El mar que tantas me ha extasiado y me ha atemorizado acercándose demasiado a mi calzados, es también un buen compañero.Que importa si soy grumete o almirante no me es desconocido el duro oficio, yo también he sido navegante.En las cumbres comenzó este viaje, no le temo al espíritu de las montañas. El puelche es mentiroso, aparenta malos presagios, pero de su corazón brota el arco iris después de cada tempestad.Heme aquí, las fuerzas renovadas,puedo quedarme o irme a cualquier sitio.Puedo ser caminante o navegante, nómade o sedentario. Puedo ser solterón, esposo o amante.Puedo ser lo que yo quiera o tal vez, lo que alguien quiera hacer de mi.Lo que no seré es ser un sobreviviente, un espectro, añoranza de pasados tiempo. Seré lo que el futuro me depare, lo que forje con mis manos. Constructor de mis propios sueños que se entrecrucen, tal vez, con los sueños de otro alguien.
25
Tengo tanto que hacer tempranopero desde hace lunasno hay tregua que me permita el descanzo..Entre ron y tabaco transcurren mis noches56 amaneceres me aguardan aún,ansío apresuralos antes de que la locurade una noche, aún más loca, me saque a bailar.Apenas acaba el día,la noche se ha vuelto espantosa compañía.Gatti continúa cantando sus huacas del soly de la luna, yo no sé nada.Hace días extravió la ruta de este paneta.Hay algún psicólogo capaz de terminar con las obseciones, mi soledad sigue en sueños, bucsando en el cielo un significado.Dice gatti que aunque es soledad persiste el misterio,y yo llevo muy adentro, muy adentro,este dolor que no pasa con ninguna otra quimera.
26
Solo por unos cuantos centavosestoy rematando los recuerdos.El martillo ha dado el primer golpey dos ojos negros son puestos sobre la mesa.Otro golpe de martillo y comienzan las ofertas.Cada uno de los recuerdos están a la venta,hoy me desprendo de todo el pasado,quizá a otros tariga alegría lo que a mi solo me permitió soñar.¿Quién ofrece más?Todo al mejor postor.Hoy todo se remata,todo, excepto unos cuantos besos,de los que aún muerto, me desprenderé.
27
Que idiotez
otra vez sentado en el suelo.
Otro cigarrillo que se acaba,
otro cigarrillo que se enciende.
El humo hace irrespirable el aire,
me siento prisionero entre estas cuatro paredes.
Ya no hay dolor, me envuelve una serena paz.
Hace cinco años llegué a este sitio
y me recuerdo perfectamente
sentado en la misma posición.
Otro cigarrillo que se acababa,
otro cigarrillo que se encendía.
Otra vez en el mismo punto,
parece que nunca estuve aquí.
Los recuerdos que pude llevarme,
decidí abandonarlos.
Tal vez otro sitio me devuelva a estos días
y creo que solo me acordaré
del humo y los cigarrillos.
Otro cigarrillo que se acababa,
otro cigarrillo que se encendía.
Presiento que aquellos serán días fríos
un recuerdo plagado de humedad.
Nunca antes mis pies
estuvieron tanto tiempo bajo el agua,
nunca antes vi llover tanto.
Tal sea porque en ningún lugar
mis ojos lloraron tanto.
Es este otro tiempo,
un tiempo incierto, pero nuevo.
Es lo primero que escribí sentado en el suelo
cuando fui acogido por estas cuatro paredes.
Es este otro tiempo, lo se,
porque apareció el sol
y los días grises y lluviosos quedan atrás,
mi cama ya no está húmeda
porque se agotó mi cuota de llanto.
En la mente otro espacio,
un espacio incierto, pero nuevo.
Lo sé, porque en la hora de toda hora,
se enrielará el nuevo tren.
Entre estas cuatro paredes,
un olor que no quiero oler
y un recuerdo que deseo borrar.
Otra dimensión,
tal vez otra galaxia,
una galaxia incierta, pero nueva,
donde los sueños se hagan realidad
y las lágrimas no humedezcan la almohada,
donde los días gocen siempre de radiante sol.
Aun aquí, soñando otro tiempo,
con la mente puesta en otro espacio,
tal vez en una desconocida dimensión,
te recuerdo por última vez presente,
porque de ahora en adelante,
espero te mantengas tan lejos de mi,
que solo seas un recuerdo de otro tiempo,
de otro espacio y de otra dimensión.
28
k
Hoy cogí cada uno de tus recuerdos
para desprenderme del pasado inútil
que por un momento logró incitarme
ha echar raíces en este odiado jardín.
Unas saladas lágrimas acompañan el ritual
de aniquilar cada uno de los momentos,
que dulce en un tiempo, finalmente
agriaron mi esperanzado existir.
Todo terminó calcinado,
una llama hizo desaparecer tu recuerdo,
en mi mano solo un teléfono
que guarda un registro numérico.
La última forma de contacto.
Nuca pude memorizar números,
la suerte está de mi lado,
mis dedos se movieron hasta encontrar
el registro de tu nombre
y el índice terminó por presionar la tecla “borrar”.
No ha quedado nada;
solo recuerdos de lo que soñé hermoso.
Finalmente, solo fue eso,
un sueño que hoy me despertó a la realidad.
Por el momento sigo aquí,
condenado a 137 días de horror,
137 amaneceres, que espero,
te mantengan muy lejos de mi.
29
136 ok
Colocado en la cuenta regresiva,con la desición ya tomaday la nave espacial ya dispuesta,nadie podrá detener el dedoque llagada la hora cero presione el rojo botón del despegue.Ansioso, es el termino que mejor logra describirme, espectante, ante los nuevos desafíos.Las cuentas ya están saldadas y no habará motivo para algún regreso.Soñando otra galaxia preparo en otra orbitala nave nodriza que me pondrá con los pies muy seguro en algún punto de un espacio eterno.En el cruce entre dos espacio y de un tiempo que se cruza con otro tiempoestá puesta hoy mi mente mientras el digital reloj me recuerda que estoy ha 136 días del ansiado despegue.
30
ok
El día tarda demasiado en morir,
las manecillas del reloj
se mueven con una lentitud inusitada.
El sol se resiste a tomar el camino
que me señala las coordenadas del océano.
La luna entra en desesperación,
el crepúsculo no viene,
el día tarda mucho en morir.
El ajetreo, las ocupaciones
se hacen infinitos eslabones
de una vieja y mohosa cadena.
El regreso al hogar se ha retardado,
el encuentro con el ser más soñado
debe otra vez esperar.
La noche es añorada,
pero la tarde tarda mucho en morir.
31
Ok
Solo clavos en la pared,
recuerdan que alguna vez,
entre estos cuantos metro cuadrados,
se desarrolló una vida inútil.
Cuantas huellas de mis calzados
se esconden bajo estas capas de cera;
que pobre mujer se habrá encargado
de ocultar cada uno de mis pasos.
El techo tiene ahora otro color,
y sin embargo, aún allí están mis sueños,
atrapados por siempre y para siempre.
No lograron alcanzar el cielo.
Entre estas cuatro paredes
reposa también tu recuerdo.
Cuantas noches de desenfrenada pasión,
cuantas tardes de dolor,
cuantos olores permanecen atrapados
en este antiguo nido de soltero.
Ríos de lágrimas escurrieron por el piso,
sudor de dos cuerpos en el lugar
que albergaba angosta cama.
He vuelto en tu búsqueda.
Un día salí de aquí aferrado a tu mano.
No se bien en que esquina
te extraviaste entre el tumulto.
Hoy he vuelto por tus recuerdos
y para recuperar los extraviados sueños
que quedaron olvidados
entre estas cuatro míseras paredes.
32
El humo de la triste chimenea
apenas alcanza tímidamente la altura,
para extraviarse en la gruesa capa
de una tiniebla tan gruesa,
que nos sumerge como en sombra
de una muerte indeseada pero real.
El frío se ha convertido
en cruel compañero de cuarto,
un indeseado amigo pegote,
que tarda demasiado en marcharse.
Los rayos de sol fueron hoy,
apenas tímida compañía,
un pequeño signo de esperanza.
Fue engañoso abrigo,
que no alcanzó para librarme
de la temida hipotermia,
que de todas maneras llegó.
La neblina impidió ver más allá,
al fin de cuentas,
no fuiste más que un sueño.
33
Ok
Cuatro clavos en la pared
y un polvillo gris que forma cuatro cuadros.
Todo es soledad y melancolía,
donde en otro tiempo colgaron
cuatro cuadros que suscitaban alegría.
Hoy, que la soledad acompañan estas cuatro paredes
que un pintor no humano
retocó con la lentitud,
de quien no reconoce el transcurso del tiempo,
me han puesto, vista fija,
contemplando polvo y cuatro clavos
que han comenzado ha enmohecer.
Una conocida melodía se oye a los lejos,
“huele a tristeza esta soledad,
huele a tu ausencia,
huele a dolor”,
por un momento vi nítidos los cuatro cuadros,
pero resultó ser otro mal sueño,
siguen ahí las cuatro grises manchas
y los cuatro mohosos clavos.
34
ok
Hasta hoy no había reparado en el sol,
sus rayos son más cálidos
y mi jardín adquiere nuevos colores.
Nuevos brotes en las ramas,
no fueron percibidas, sino hasta hoy.
La gruesa cortina enceguecía
y mis pupilas se comenzaban a acostumbrar
al lúgubre color del invierno.
La primavera está ya próxima
en eterno retorno todo vuelve a renacer.
Tampoco me había dado cuenta que el sol
se estaba retirando más tarde,
y la noche comienza a ser más corta.
Nuevos días están por llegar
y con ellos volverán las mariposas.
Mi jardín se está vistiendo de gala,
la brisa ya no es helada.
El nuevo aire lo renueva todo,
la vida , que es hermosa,
me está desafiando a caminar.
35
Ok
Nuevos brotes comienzan a nacer,
las viejas ramas están dando a luz.
En la naturaleza todo tiene sentido.
Solo ayer el viento sacudía las débiles ramas,
y era amenaza de tristes días
que se prolongaban demasiado tiempo.
Pero nada es eterno, todo tiene sentido.
Ahora recuerdo como el invierno
amenazó con inundar mi lecho,
noches que fueron eterna compañía,
muchos fríos que trisaron mis alocados huesos.
Pero todo tiene sentido,
cuando comprendo el sinsentido
de cercanos pero pasados días.
El aire cálido de asomantes días,
me ha restituido el noble obsequio.
La cabeza reposa plácida en mi almohada,
el respirar se hace serena sinfonía.
La naturaleza lo renueva todo,
nada es eterno,
porque aún lo eterno se renueva,
y yo he pasado del sufrimiento a la paz.
36
ok
La fortuna se ha puesto de mi lado,
pasaron los días grises y hoy,
me encontré a la primavera
que vendía poleras de flores multicolores.
La voz enronquecida por el cigarrillo
se ha vuelta clara y acertada,
en un discurso que también es para mi;
más para mi, que para ti.
Soy afortunado, en un mismo día
he visto como nace y como muere el astro eterno,
raudas se sucedieron las estaciones entre frio y calor,
vi frutos que murieron y han vuelto a resucitar.
La fortuna se ha puesto de mi lado;
aun poseo sueños y utopías humanas,
aún el aire oxigena mis nicotinosos pulmones,
restituyéndome el gozo de estar vivo.
37
Ok
Una lluvia, no deseada,amenaza los nacientes días de un Septiembre recien asomante.Un regreso amezante, y un dolor de otra vez perderte cuando ya te he perdido.Quizá todavía no sea tiempo y Septiembre sea otro sueño, porque aún quedan días de dolor.No se porque que quemalo que nunca quisiste ardiera, pero ya vez, aquí permanezco, en la compañía de un septiembre que también comienza a doler.Añoro ver florecer la vida,los colores nuevos en mi jardín, pero en lugar del sueño se desató otra vez la lluvia.Acaso es malo soñar Septiembre. Aún, así, aquí permanezco, con miedo ha ilusionarme, ya vez, Septiembre también trajo otra noche de dolor.
38
Ok
Que color tienen los sueños, lo pregunto porque para mi ha transcurrido todo entre el blanco y el negro.Como una espesa neblina, una cortina macabra, se ha interpuesto a mi retina.Cuánto tiempo dura un sueño, lo pregunto porquepara mi la pesadilla se ha tornado eterna.Como un viejo reloj de bolsillo que siente pesadas las manecillas, las horas se han convertido en eternidad.Se puede soñar despierto, lo pregunto porque el inconsciente sigue maquinando aunque no logro pegar las pestañas.El sol asoma por el lugar de siempre y se retira entre los mismos cerros sin dejar una sola respuesta.Se puede maldecir un sueño, lo pregunto porque los más hermosos recuerdos acuden incansablemente a mi mente.Tan dulces recuerdos me extasían y me apuñalan a la vez. Hoy no se si bendecir o maldecir tu nombre.
39
Ok
Qué hago ahora con los besos que dejaste tirados aqulla extraña tarde de lluvía; cuándo por un segundo la valentía sometió cada uno de tus temores.Qué hago ahora con ese cielo que se abajó hasta mí y ahora se resiste a marcharse.De que me sirve ese firmamento, si con una mano ocultaste las estrellas tornándolas solo destellos fugaces.Son tuyas las horas y los minutosdesde que aquel segundo de fortuna se cruzó por tu camino y el mío.De que me sirve el tiempo venidero, si el único memento que sueño, no lo puedo regresar.
40
Ok
Mis piernas comienzan a sacudirsela pereza de cinco años y un día,mi mente comieza a aclarase con tímidos rayos del sol que anticipan nuevos tiempos.Raíces subterraneas por un momentoamenazaron con dejarme atado a este terruño ñublecino, pero nada puede detener incanzables pies de eterno caminante.Lo único que quiero llevarme de estos lares,no pretende apegarse a mi piel, no poseo de nomade vocación y tú, adherida a tu terruño, no posees intención de caminanate.
41
Ok
Tanto tiempo llevo aguardándotelos cristales de mi vieja ventanapretendían por siempre estar empañadosy el frío de lápida mortuoriaera eterna amenaza para mis alocados huesos.Quise incluso adelantar el tiempoy en un viaje desesperado y locopretendí salir en pos de soñado encuentro.tímidos los diminutos rayos solares,me invitaron a aguardarte en calma.Sin rosar por un instante tu pielretorné al antiguo y duro lecho, en que cada noche te soñé.Tan añorada y tan distanteque no alcancé a percatarmeque esta mañana amaneciste aquí.Ahora que te siento tan presente,tu olor lo invade todo,tu piel rosa otra vez mi piel,tu calor me restituye a la vida.Yo, aún atónito, solo atino a decirBienvenida Primavera.
42.- UNA NUEVA MUSA
Busco una nueva musa
que sacuda el polvo adherido a mi corazón
que agitadamente insiste en latir
en la espera de apasionada inspiración.
Busco una musa que dirija este lápiz
por el sueño de recónditos lugares
que metafóricamente sean expresión
de raudales de sentires alegres y pesares.
¿Quieres ser mi musa?
¿Te gustaría ser mi musa?
No será fácil, pues este tipo de seres no se hacen,
tampoco nacen para desempeñar tan importante papel;
ellas aparecen cuando el corazón serenamente duerme
para sacudirlo violentamente y alejar la paz.
Serenamente te espero,
puerta y ventana esperanzadoramente abierta,
mientras tanto he colgado un vistoso cartel:
“Desesperadamente busco una musa”.
43.- SOLO UNA MUSA
Quería encontrar una nueva musa
y la misma mujer de antaño he encontrado
atada férreamente a mis brazos.
¡Solo una musa por cada hombre!
Fue el susurro dulce y melodioso
que brotó de sus dulces labios.
¿Por qué buscar otra musa?
Si tus ojos de mirar tierno,
tus labios de besos con pasión,
tus manos suaves al acariciar,
tu cabello de olor a trigo,
es lo que llena mi corazón.
El viejo cartel que pedía una musa
hoy ha sido reemplazado.
Un nuevo y vistosos letrero cuelga
extravagantemente de mi pecho.
¡No hay Vacante!, ¡No insista!
44.- GUERRA DEL GOLFO II
Una paloma surca el espacio,
un vuelo serenamente hermoso
que distrae largamente mi mirar.
Pálido contraste entre el azulino cielo
y la blanca pureza del ave de la paz,
maravillosa postal ante mis atónitos ojos,
que enternecidos comienzan a llorar.
Una paloma en vuelo pacífico,
un cielo tranquilamente azul,
un observador que sueña mirando a lo alto,
una paz efímera que ha sido rota,
una guerra se desata en el Golfo Pérsico.
Una paloma de volar sereno
por nuestros cielos tardará en pasar.
45.- NUEVAS EXPERIENCIAS
Has pensado nuevas experiencias,
hoy no es suficiente lo que solo ayer
completó tu insatisfecho existir.
No habías conocido el manantial.
Solo de mezquinas y amarillas aguas
se había nutrido tu lúgubre jardín.
Pero bebiste de las frescas aguas
del amor honesto, desinteresado y tierno
que brotó mágicamente ante tus ojos.
De hermosa vida se vistieron
tus, hasta entonces, tristes flores
que despertaron a torrentosos posos.
Quieres beber hasta saciarte de
cualquier fuente de aparente agua fresca
que humedezca tu insatisfecha tierra.
Bebe, si quieres, ¡bebe!
Pero jamás otra agua será tan fresca y dulce,
solo yo soy manantial de amor.
46.- TRES ROSAS ROJAS
Tres rosas rojas,
son la suma de tres giros
de un eterno viaje
de movimiento celestial
alrededor del sol.
Un mismo viaje,
que es eterno recorrido
de excitantes pasiones.
Tiernos y rojos brotes
de un rosal chillanejo.
Una flor por cada año,
una rosa por cada etapa
de este interminable viaje.
Mito de eterno retorno,
sucesivas vueltas alrededor del sol.
47.- AVE RAPAZ
Carroña pavorosa traes sombra
surcando el cielo en alto vuelo.
Cercano al pico de heladas montañas
te deslizas observando tu presa.
No seré comida de carroñera
y pavorosa negra ave rapaz.
Aparta tus ojos de mi caminar cansino
por este verde Valle de Auco.
Negra sombra del amor
que te alimentas de ingenuas vidas,
sigue tu vuelo en sentido opuesto,
no seré yo tu dulce manjar.
Pájaro mal agüero,
mujer que traes dolor.
Si insistes en acercarte,
un fiero golpe a tierra te desplomará.
48.- CAFE
Cuando olvidaste las pequeñas cosas,
que resultaban para mi grandes atenciones.
No recuerdo el aroma, ni el sabor,
del café que premió cada acto de amor.
Las manos de suaves caricias en mi pelo,
olvidaron también la medida exacta
de agua, azúcar y café
que encendían la calidez de mi mirada.
Que agria sabe mi pequeña taza,
no hay aroma que llegue nítido a mi nariz.
Un nudo amargo aprieta mi garganta
y solo agua de lágrimas saladas en mi paladar.
El amor se transformó en rito apresurado,
oculto y veloz intercambio de fluidos;
es urgente terminar, antes de ser sorprendidos.
Tampoco hay tiempo para la paz de una tasa de café.
Si no hay café, no hay premio,
sino hay tranquilidad, no hay amor,
si no hay tiempo, no queda nada.
La muerte me está llamando a tomar café.
49.- CACTUS
Verdes cactus acompañan el caminar
de cansados humanos pasos,
que insisten trabajosamente en trepar
por una montaña de árboles escasos.
De la misma altura del caminante
son estos espinoso vegetales,
si hasta parecen acompañantes
entre los que me pierdo en esta tarde.
Camino y camino, sudo y lloro,
en la soledad de eterno caminante.
Atrás van quedando otros cactus,
mudos recuerdos de acompañantes.
Quiero extraviarme en este cerro,
que mis pasos no encuentren el camino.
Que cuando llegue la hora del regreso
los mismos cactus extravíen mis sentidos.
En el llano, te encuentras tú,
yo en la altura de este cerro infértil.
Encontrarnos es tarea muy difícil;
yo bajar no puedo y a subir, tú no te atreves.
50.- OCTUBRE
Octubre ha traído pequeños frutos.
Las diminutas flores germinaron,
y esperanzadoras verdes ciruelas
han adornado a las viejas ramas.
Todo es vida en Chillán,
pequeñas flores se levantan,
hermosas y encantadoras,
bailan hasta extasiar mi mirada.
No puedo apartar los ojos
de tan idílico paisaje urbano,
en Ñuble es otra vez primavera,
hay esperanza de exquisito verano.
Octubre es primaveral baño de sol,
a un viejo baúl ha ido a parar
las oscuras y viejas ropas.
Otra vez es brillante y amigable el calor.
51.- SEPTIEMBRE
Un Chillán colorido,
verde en el suelo aún húmedo
y brotes amarillos en las ramas,
me hizo consciente de otro equinoccio.
El sol pasó al otro lado,
de la ecuatorial línea divisoria;
yo, desde mi pequeña ventana,
he contemplado emerger la vida.
Otra vez es vida eterna,
otra vez he vuelto a soñar.
El sol, aún tímido y delicado,
ha rozado tierna y dulcemente mi cara.
Septiembre, con su sinfonía patriótica
y sus pájaros de papel que surcan el cielo,
ha producido algarabía y baile,
en la dicha de estar contigo.
52.- CONTITUCIÓN
Al terminar un abrupto camino
el descanso me encontró recostado
en el regazo de la pasión.
Mis ojos extasiados contemplaron
como el Maule se entregaba sereno,
a un pacífico también tranquilo.
Tranquilo y extasiado de alegría,
en Constitución aprendí a caminar atado
a otra mano que me acogía,
y un sentimiento de complementario encuentro
alocado y tierno, me sentí acogido
como el río que llega al mar.
El sol fue compañero esa tarde
en que todo terminó desembocando en el mar.
Un Maule, un pacífico, una Constitución
que me constituyó en hombre,
mientras tú eras constituida en mía.
Una sola masa de agua, salada y dulce
que se reconocen en el océano de la pasión.
53.- ANTIGUA CATEDRAL
Un gigantesco roquerío ,
que semejaba una antigua catedral,
contempló los tranquilos pasos
que sumergiéndose en tibia arena
escapaban del bullicio urbano,
para reposar en la soleada playa.
Un camino lento y apasionado,
dónde ojos que espían demasiado
no pueden acercarse.
Unas rocas milenarias nos cubrieron,
cuándo un lecho improvisado,
dio lugar al novel intercambio
de tiernas y antiguas caricias.
Una antigua catedral
de milenarias piedras labradas por las olas,
fue el santuario del ritual
de un amor apasionado y loco
en que dos seres eternos
se cruzaron con lo divino del amor.
54.- PEQUEÑA MANO
Una mano pequeña se aferró a la mía
y me condujo seguro.
Sus pasos junto a los míos,
desapareció el temor.
De vez en cuando la mano mía
safó ese lazo de dedos
para posarse tímidamente
en su pequeña cintura.
Mis dedos encontraron en los tuyos
el eslabón extraviado
de una única y eterna cadena.
Un eslabón perdido encontró su gemelo,
una cintura solitaria y ciega
encontró en mi mano su lazarillo.
Una vida encontró la vida,
un sinsentido encontró su sentido.
55.- MIRADOR
Una cabeza encontró reposo en mis rodillas,
mientras mi cuerpo descansaba en la cima.
El empinado cerro mira al Pacífico
yo, solo atino a mirar verdes ojos.
Los pies del verde cerro encuentran refresco
en las aguas de un Maule ya cansado,
pequeñas embarcaciones recorren fatigosas
las confundidas aguas de mar y río.
Todo es recorrido, el río, el mar,
las gaviotas solitarias, los pequeños botes.
Mis ojos recorren tu pequeño cuerpo
y mis manos inician su erótico recorrido.
Todo es encanto en la altura del mirador,
un bello paisaje ante los ojos,
yo, solo atino a mirar la eterna belleza
que serena reposa sobre mis rodillas.
56.- DINÁMICO SENTIR
Qué sentimiento más dinámico.
Un eterno movimiento en vía circular,
vueltas sucesivas en torno al propio eje,
otras vueltas alrededor del sol.
Días, meses y años,
menguantes, cuartos y crecientes,
un segundo, otro minuto de amor.
Salir del círculo y entrar en la recta
me han propuesto,
pero soy eterno caminante.
Detenerme en un solo punto es morir,
en lo dinámico de este sentimiento,
mi vida adquiere pleno sentido.
57.- ALBORADA
De mil maneras estás presente.
Hoy tibio amanecer que llena de olores
y radiante luz éste pequeño valle.
Los apacibles rayos mostraron débiles telas
de nocturnas arácnidas obreras,
que como espejismo desértico me sorprenden
cual hilo de agua que baja desde las ramas.
Aquí amaneciste hoy,
alegrado el despertar de los pájaros,
que en dulce e inconclusa sinfonía
un nuevo trinar hoy han estrenado.
Magnánima alborada,
estás aquí, estás en mi.
Eres infinita presencia,
eres lo que yo siempre soñé.
58.- BRISA
La brisa trajo tu olor
que se adentró cálido en mi nariz.
Trajo también tu cabello
que rozó tiernamente mi cara.
La brisa fue compañera esta tarde de soledad,
como un relajante baño de día soleado
te he acogido taciturno y melancólico.
Tu risa sonora lo agita todo,
hasta el papel en que escribo
amenaza con emprender el vuelo.
Otra vez me acompañan las ganas locas
de iniciar una alocado rito amoroso.
Mi cabello se arremolina,
me cubre una inusitada alegría.
Viniste con la tarde,
la brisa te trajo porque eres mía.
59.- PASOS RENOVADORES
Árboles altos parten en dos puntos,
el verde césped del jardín,
es una sombra opaca
que refresca el reseco pasto.
Centímetro a centímetro ,
la sombra lo cubre todo,
lo claro se va haciendo oscuro,
lo mustio se vuelve tierno,
lo triste a comenzado a reír.
Es todo nuevo en esta tierra
desde que tus pasos recorrieron el valle,
los oscuros sentimiento
se tornaron manantial de dicha,
tus pasos transformaron en nuevo
lo que solo ayer parecía añejo.
Estoy aquí, estás aquí.
Lo llenas todo,
lo renuevas todo.
Todo es tuyo,
todo es mío,
tú me perteneces,
yo también te pertenezco.
60.- VIENTO NOCTURNO
Sobresaltado abrí los ojos,
de un brinco me siento en la cama,
atentos todos mis sentidos.
El viento quiere atemorizarme
con su silbido amenazante.
Por la ventana se cuela un presagio
de sonoros días tormentosos,
más todo resultó falsa alarma.
Agudizado lentamente el oído,
todo se torna melodiosa sinfonía.
El viento continúa silbando,
yo me recuesto sereno,
mi cabeza otra vez en la almohada.
Evoco el recuerdo de tus susurros
y de tu aire ya inspirado en mis oídos,
mientras serenamente vuelve la paz.
61.- ORIÓN
Orión con su arco y su flecha,
nocturnamente dispuesta a disparar,
me sorprendió otra noche
con los ojos fijos en el firmamento.
Mi mente buscaba el sur
y extraviada la cruz,
mis ojos se posaron en el norte
hasta meterse en la cintura
de tres Marías en el pellejo de Orión.
No alcancé a ver la Osa Mayor,
mucho menos la Menor.
Mi corazón magnéticamente atraído,
otra vez se volvió a la Cruz del Sur.
62.- DESERTICA PERFECCIÓN
En el desierto más árido
evoqué la perfección de tu cuerpo.
Montículos corpóreos de arena
me recordaron tus cénicos volcanes.
Presurosos mis ojos recorrieron lo infinito
hasta posarse en tus nalguidos arenales.
Todo es en Atacama melancólica perfección.
Tú también eres perfecta,
bella mezcla de cerros y llanos.
Sequedad hospitalaria para quien te ama
y vida que brota en las tierras de la muerte.
Sentimiento de quietud y renovada pasión,
todo Atacama me retorna a ti.
Ni flores, ni vegetales
que opaquen tu belleza,
no hay manantiales
que opaquen lo que eres.
Eres de Atacama perfecta replica
y yo, un baquiano de estos arenales.
63.- HORTELANO
Una hoja de metal se hunde en al tierra
y extrae desde su raíz
la maleza destructora
que ahoga la vida en la bella flor.
Una oscura y áspera mano
aprieta firmemente la herramienta,
instrumento redentor que libera
y la cautiva tierna flor.
Es el hortelano un enviado
un mensajero divino,
es su pala un cáliz sagrado
que reactualiza el gesto liberador.
La maleza comienza a secarse,
la flor comienza a crecer.
Yo, te evoco una vez más.
En este valle vuelves a renacer.
La maleza es apilada,
pronto será ardiente hoguera.
Tú y yo seremos uno,
el hortelano nos ha vuelto a la vida.
64.- GRITA EL VIENTO
El viento grita una verdad
que solo el agudo oído puede percibir.
Sólo estruendoso ruido
para oídos mediocres y sordos,
maravillosa sinfonía
para tímpanos acostumbrados a lo bello.
El viento está gritando,
que te amo intensamente,
no ha guardado sigiloso este secreto
y ha venid a ser amigo inconfidente.
Agudiza tus sentidos
oye los susurros de este eterno sentimiento.
No pidas al viento que se acalle,
permítele gritar en tu ventana.
Es el recuerdo viviente del amor.
El viento seguirá gritando,
tú continúa escuchando.
Mientras el ruja en tu ventana
y mantengas agudizado el tímpano,
yo te seguiré amando.
65.- OTRA VEZ EL VIENTO
El viento trajo tus caricias
y arreboló lo que era pesar.
Apesadumbrado transcurría el día
pero la brisa todo lo renovó.
Un antiguo viento cálido,
oxigeno ya inspirado,
abandonó mis fosas nasales
expulsando todo lo que era lúgubre.
Un viento nuevo llegó fresco,
oxigenando mis nicotinosos pulmones.
La sangre llegó oxigenada
al vital órgano del corazón.
El viento trajo tus caricias
y lo renovó todo por aquí.
El viento trajo tu presencia,
yo te siento unida a mi.
66.- VIENTO Y DANZA
Los altos árboles danzan incansables
agitados lentamente por el viento,
y en intercambio incesante
de calculadas y eróticas caricias,
los vegetales amoríos te acercan
tiernamente a mi memoria.
Estoy celoso de las altas ramas,
la envidia me quema el corazón.
Imagino tus manos y las mías
confundidas en un cálido abrazo
de danzantes bailarines.
Solo los troncos de los árboles
permanecen impávidamente quietos,
sumergiéndose en lo profundo de la tierra;
todo lo demás es movimiento,
todo es romántico intercambio de caricias.
Quiero danzar contigo incansablemente,
que tus caricias no tengan fin.
Quiero que mis manos te acaricien
como verde rama inquieta por el viento,
mientras el amor no tenga fin.
67.- SINFONÍA VOCAL
Silva suave el viento,
trinan dulcemente los pájaros,
lejano rugir de motores.
Todo es sonido maravilloso,
una inusitada sinfónica composición.
Todo canta y da vida
a una hermosa creación musical.
Los ojos cerrados, los oídos atentos,
todo es invadido por la paz.
Canta el viento, cantan los pájaros,
cantan también los motores.
Todo es preparación inmediata
para la más perfecta sinfonía
que emana del susurro de tu voz.
68.- AGOSTO VICTORIENCE
El calor de un pequeño bracero
entibió apenas el hielo invernal
con que se vistió muy temprano,
todo cuanto pudieron contemplar mis ojos.
Era agosto con su grueso pincel
que comienza a pintar con su hielo
el agua cristalina de un estanque
que luce como un gran espejo.
Victoria, frío, victoria.
Al calor de un mísero fuego
aguardo y sueño un mañana
que traiga la primavera a mi vida.
El carbón rojizo por las llamas
mantiene intacta la esperanza.
Hoy hielo de muerte triza mis huesos,
mañana es esperanzas de cálidos días.
69.- EN LA PLAYA
Sentado al borde de las aguas
mientras el mar moja mis pies,
la línea del horizonte se hace cercana
y los días tristes parecen llegar a su fin.
Es de mañana, y las gaviotas
buscan ansiosas su alimento,
unas zambullidas olímpicas
abajan el cielo hasta el mar.
La arena apenas tibia de la playa
me mantiene atado a la tierra;
mi deseo es prontamente embarcarme
para alcanzar del horizonte un más allá.
Con permiso, Señor mar,
déjeme usted adentrarme,
indíqueme las coordenadas
de la hoy añorada felicidad.
70.- LAUREL
Un Laurel de tersas hojas
me cobijó una tarde de calor,
un aroma delicioso
me transportó a idílico lugar.
Una suave brisa acarició sus hojas
y todo se hizo maravillosa sinfonía.
Mis ojos poco a poco se cerraron
y el sueño me despertó en la lejanía.
El Laurel de mi infancia,
que escuchó mis penas de niño
y sonrió con mis esperanzas,
me devuelve hoy a Victoria.
A tus pies reposaron mis juguetes,
en tu tronco mi vida se iba forjando.
En tus ramas todos mis sueños
y en tu olor el amor mío.
71.- AROMO
De Aromos supe mucho
y de sus flores se alegró mi vida,
cuando por fin Septiembre,
trajo los días de Primavera.
Amarillo fue el vestido
cobertor de la cintura de aquel cerro,
que protegió mi casa del fuerte viento norte,
que amenazó con derribar la espera.
La vista se hace incapaz
de explicar lo que es divino.
Floreció el viejo Aromo,
se apagó el carbón del bracero.
La vida me llama a las calles,
es preciso ejercitar las piernas.
Ya está cercano el tiempo nuevo
que me vestirá de incansable caminante.
72.- CAMINANTE VICTORIENCE
Victoria con su frío, poco a poco,
se ha quedado con los que eran míos.
Yo camino como hombre sin tierra,
mientras mi semilla ancestral,
otra vez es sembrada entre guayes.
Tal vez otras generaciones,
vean emerger Laureles y Aromos
que alcen al cielo ramas y escudos.
Quizá en otra latitudes alguien observe
el pasado que yo he vivido.
Los mío no aprendieron a caminar,
allí plantados crecieron y se secaron,
allí también volverán a renacer.
Yo dejo huellas de tinta por todas partes
y he plantado solo en hojas de papel.
Quizá otra vida tenga un Victoria
que me reúna otra vez con los míos,
cuando por fin se acabe este viaje,
y los míos crucen la puerta por donde salí
en la hora en que vaya a buscarlos.
73
A este sitio le debo:Mi adicción por el caféque dejó una borra demasiado débilpara poder leer mi futuro..Le debo aprecio porque apreció tambiénmi tranco lento y pesadoque dejó huellas de mi estancia,que ningún polvillo maligno podrá borrar.No hay placas recordatorios,ni inscripción en corazones humanos.Sí quedan algunos sueños truncosque al no alcanzar el cielo quedaron enredados en los árboles.Pero también me llevo otros sueñosque no alcanzaron a ser deboradospor el espíritu de la noche de brujas,y, ahí están, intactos, surcando las alturas.-
74
Simplemente instinto o tal vez manía, no lo sé, pero sigo doblando el cuello para que mis negros ojos puedan alcanzar el firmamento.Un paseo noctuno por las tres Marías para después alcanzar la cruz del sur, cruzo luego por el pellejo de Orión, cuyo cinturón es cada vez menos luminoso.Me entretengo en la vía lácteaqueriendo ver los anillos de saturno. Mi mente quiere atrapar algún punto negro que haya engullido alguna extinta constelación. Infinito el espacio, aun tiene un más allá, donde mis pupilas no alcanza la Osa Mayor y mucho menos la menor.Algún satélite logra extraviarme, su recorrido al menos, dura más que una estrella fugaz. Cometas nunca he visto, asteroides solo en revistas de astronomía. Mi existencia misma ha sido un eclipses. Danza todo el espacio al compaz del canto de los grillos, o al menos es lo que escuchan mis oídosporque seguramente otra fascinante melodía debe ser el canto de los astros.Frustrado cosmonauta que no ha podido separar los pies del reseco polvo de la tierra. Astrónomo sin telescopio ni catalejo. Vagabundo en un espacio sideral muy lejano. Buscador de una estrella luminosa que nadie me ha obsequiado en alguna noche de romanticismo. Forjador de sueños y esperanzas que busca en el cielo el surgimiento de algún lucero que señale claramente cuáles son los nuevos rumbos.
75.
La rueda sigue girandoy nuevas pertas comienzan ha abrirse.Nuevos tiempos se asoman a mi ventana.Los rayos de sol dejan atrás su timidez,los pajarillos me sacan temprano del letargo,en el jardín todo es vidacuando escasos son los pasospara integrarme a tanta magia.La rueda sigue girandoy el olvido va guardandolo que ahora es estorbo.Veinte dos años acumulan mucho polvoen el que he dejado profundas huellasque difícilmente podrán borrarse.El ciclo de la vida no reconoce retrasosy aquí abandono buenos recuerdos.La rueda sigue eterno movimiento,rotación y traslación dos dinamismosque me invitan de nuevo al ejercicio.Sacudida la pereza,otra vez eterno caminante.
76
La primavera lo renovó todo
el ciclo de la vida jamás se detiene.
El mito del eterno retorno
se tornado más real que nunca.
Todo lo que muere vuelve emerger,
otra vez florecieron los naranjos,
de nuevo estás aquí
primavera del archipielago de los chonos.
Mis viejos pies recordaron antiguos ritmos
de sagradas danzas a Era
cuando primavera nace el sol
en un olimpo que se abajó hasta nosotros.
Cuando el astro eterno
traspasó otra vez la ecuatorial línea divisoria
la vida se ha hecho danza
y yo también me levanto para contigo bailar.
77 He cruzado muchas veces
es un desierto que ya me reconoce amigo.
No me altera si no que invita a calma
su silbido eterno.
No me ensucia sino me acaricia
la brisa que trae polvo
de antiguas calicheras.
El mar que tantas me ha extasiado
y me ha atemorizado
acercándose demasiado a mi calzados,
es también un buen compañero.
Que importa si soy grumete o almirante
no me es desconocido el duro oficio,
yo también he sido navegante.
En las cumbres comenzó este viaje,
no le temo al espíritu de las montañas.
El puelche es mentiroso,
aparenta malos presagios,
pero de su corazón brota el arco iris
después de cada tempestad.
Heme aquí, las fuerzas renovadas,
puedo quedarme o irme a cualquier sitio.
Puedo ser caminante o navegante,
nómade o sedentario.
Puedo ser solterón,
esposo o amante.
Puedo ser lo que yo quiera
o tal vez,
lo que alguien quiera hacer de mi.
Lo que no seré es ser un sobreviviente,
un espectro, añoranza de pasados tiempo.
Seré lo que el futuro me depare,
lo que forje con mis manos.
Constructor de mis propios sueños
que se entrecrucen, tal vez,
con los sueños de otro alguien.
78
El oído está aletargado,
los minutos siguen corriendo velozmente,
mi alma se pone inquieta
en la hora de su alimento
que no le restituirán.
Diez mil vueltas en la cama,
las sábanas se han vuelto un estorbo.
Todo hastía
y la vida misma se torna insoportable.
Los dulces sueños extraviaron los caminos.
El oído está aletargado
y mi teléfono se ha vuelto mudo.
79
Tanto tiempo caminé en la oscuridadque los pasos amenazaron con tumbarme.Larga noche, demasiado larga, sin darme cuenta en ningún instanteque era yo, que un dedo tapaba el sol.Hoy que mis manos estaban cansadascayó languido el brazoy todo se hizo radiante mediodíade una primavera que de inmediatocedió su paso al verano.En los brazos de la tardeconfundidos dos cuerpos sudorososnos hicimos uno solo.
80
Me apoderé sin ninguna vergüenzade las estrellas que nadie me regalóy en un viaje por el espacio sideralhaciendo estaciones intermediasen extrañas y lejanas constelacionesbauticé cada una de estas nuevas pertenencias.Soy ahora coleccionista de puntos luminososque guiñan para mi sus ojos cada vez que el astro eternose recoge al descanso por el sitioque nos esconde el punto donde naceo acaso se termina el mar.Mío es cada destello de luminosidadque permaneció quietoporque la aljaba en que guardo mis nuevas pertenenciasno pudieron atrapar aquella estrella fugaz.
82
Hay días y hay también otros tiempos,hay verde en el jardínhay risas en la callehay radiante sol de mediodía.Hay también otros sueñosque me mantienen ocupadohay nuevo afectoshay nuevas esperanzas.Pero hay también nochesen las que reaparace el llanto.Y anoche se me vino otra vez la nochey clraeado el nuevo día me dejas otra vez en la más amarga noche
83
Siempre existirá Paríssus ideales de revolución,los miserables y Victor Hugo.El Río Sena, el Museo de Louvre,la gran torre y los ideales libertarios,de libertad, igualdad y fraternidad.Siempre existirán los sueños,los ideales y los compromisos.y siempre existirás tú.
84
Simplemente instinto o tal vez manía, no lo sé, pero sigo doblando el cuello para que mis negros ojos puedan alcanzar el firmamento.Un paseo noctuno por las tres Marías para después alcanzar la cruz del sur, cruzo luego por el pellejo de Orión, cuyo cinturón es cada vez menos luminoso.Me entretengo en la vía lácteaqueriendo ver los anillos de saturno. Mi mente quiere atrapar algún punto negro que haya engullido alguna extinta constelación. Infinito el espacio, aun tiene un más allá, donde mis pupilas no alcanza la Osa Mayor y mucho menos la menor.Algún satélite logra extraviarme, su recorrido al menos, dura más que una estrella fugaz. Cometas nunca he visto, asteroides solo en revistas de astronomía. Mi existencia misma ha sido un eclipses. Danza todo el espacio al compaz del canto de los grillos, o al menos es lo que escuchan mis oídosporque seguramente otra fascinante melodía debe ser el canto de los astros.Frustrado cosmonauta que no ha podido separar los pies del reseco polvo de la tierra. Astrónomo sin telescopio ni catalejo. Vagabundo en un espacio sideral muy lejano. Buscador de una estrella luminosa que nadie me ha obsequiado en alguna noche de romanticismo. Forjador de sueños y esperanzas que busca en el cielo el surgimiento de algún lucero que señale claramente cuáles son los nuevos rumbos
85
He regresado una y otra vezhe echo una tonta guardia en aquellas coordenadas sideralessin que se alinearan de nuevo los planetas.Aquella milésima de segundoque desprendió esa masa incandescenteno tiene eterno retornoque me sitúe de nuevo ante aquel destello.Solo en el recuerdo vivirá aquel éxtasisde novato observador de las estrellas. Orión me distrae a vecesy la estrella del sur me guiña un ojo.Es mejor desprenderme de los sueñoshoy decreto libertad a las estrellas.De qué me sirven tantos puntos luminosossi la única que trajo alegría se extinguióen meteórica y rauda huída.
86
Debe ser el equinoxio de primaveraque comienza a despedirseante la asomante presenciadel solsticio del nuevo verano.Algo ha ocurrido en el espacio sideralalgnunos astros salieron de su órbitao se produjo ¿tal vez? un punto neutrodonde se entrecruzan otros tiempos con nuestros tiempos,otros espacios con nuestros espacios.Será tal vez lluvia de meteoros,son muchas las estrellas que se cruzan por mi mirar. Aunque el espacio celeste ya no sea celestey mi espacio parece más un agujero grisno puedo dejar de mirar lo altoen la espera de algún milagro sideral.Las estrellas ya no me pertenecenhasta la aljaba en que las guardaba tiene ahora otro dueño.Desde millones de años luzsolo me queda mirar pequeños puntos luminosos.Y recordar, y recordar, y recordar, aquella nocheque el firmamento me permitió disfrutarde aquella estrella fugaz.
87
El mar se enojó otra vez,
es una ira incontrolable
se azota y se azota una y otra vez
contra las frágiles embarcaciones.
Los barcos mayores se fondearon,
lejos de la costa se guarecen cobardemente
Acá en la costa permanecemos los débiles
que ha duras penas soportamos estoicos
la arremetida furibunda de las olas
y el viento que nos impide agarrar rumbo.
Un náufrago de fría costa,
azotado otra vez.
La esperanza amenazada con zozobrar.
El mar se enojó otra vez,
Mientras yo, aquí solo,
no atino más que a mirar
como todo es amenazado por Poseidón.
88
Me persiguen los fantasmas
cada noche los espíritus del pasado
se divierten en mi almohada.
La noche se va tornando
en alocada y bohemia danza
que no da descanso a mis huesos.
La amenaza es sacarme de la cordura,
si es que puede ser cuerdo
quien se defiende con el arma
de un vaso de ron de dudosa procedencia.
No espanto los fantasmas
Que en la locura prometen perpetua amistad.
Antes de que la locura me saque ha bailar
como un cobarde, o un valiente?
emprendo hoy la huída.
Voy por otras compañías,
por camas sin fantasmas
por otros días
y también por nuevas locuras.
89
Ahora que tengo un nuevo nido
comienzo a trasladar mis pertenencias.
Ardua tarea es desechar
lo que alguna vez fue útil.
Cuántos recuerdos,
cuántos afectos
comienzan a ser dejados en el borde
de este camino que dejo atrás.
Me asombra descubrir
que pocas son las cosas útiles
que ahora van conmigo.
Hago testamento
de muchos sentimientos,
porque no tengo que más legarles.
Permítanme también
guardar algunos de ellos
en el baúl de mis recuerdos.
90
Se han muerto los poetas,
los juglares son seres de otro tiempo
y yo sigo aquí soñando
con viejos y barbudos organilleros
que extasiaron la mirada en días
de la Victoria de mi infancia.
Tantos años de eterno caminante
sin más testimonio que la vieja
y ajada bitácora que obedece
al nombre de guije.
No alcancé a ser poeta
Pero sí llegué a ser hombre.
Los sueños que dejo un día tirados
aquel hombre que resultó ser mi padre
son recogidos veintidós años tarde.
Pero nunca es tarde para los ideales
siempre hay un nuevo amanecer
y aunque no sea poeta,
siempre habrá algo nuevo que compartir
solo basta exista un papel y un lápiz.
91
En el fuego se han extinguido muchas bitácoras,desasidas palabras que no llegaron a ser versospero mi diestra es lastimosamente porfiadae insiste en traspasar al papel,aunque siempre en tinta roja,lo que la boca debe callar,lo que ahoga el alma,lo que oprime a la altura del corazónlo que alegra y hace sufrir el espíritu.Y aquí estoy otra vezdándole trabajo al lápiz,gastando inútilmente otra hoja de papel.Brindo a tu salud, te deseo que seas feliz,te beso en la mejilla y te pregunto cómo estás.Pero ha llegado otra vez la noche,y sólo ante esta hoja de papel,no quiero, pero cojo otra vez el bolígrafopara estampar en tinta roja,en nombre de mi boca, un te quiero, en nombre de mi alma, nada soy sin tipor el corazón escribo, un te amo,y por el espíritu, que estoy muriendo si ti.Vuelvo a brindar en tu nombrey te lleno de parabienes.Y debo escribir que se vino la noche del más crudo de todos los inviernosque los relámpagos y truenosduelen en mi pecho,que el sol se salió de su eje,que desde noche de brujas no hay alborada,que la primavera ya nunca más volverá.Aún queda ron para brindary noches de dolor para escribir.
92
De qué extraños poderes te ha dotado el cieloo de que desconocidos hechizos soy víctima.de dónde esa capacidad de llevarme atado a tu manoa surcar los espacios sideraleso de sumirme en los posos más profundosde una mítica mina de carbón.A tú lado todo de lo que carezcono me hace para nada falta.Sin ti todo lo que tengome resulta un estorbo insoportable.Un extraño complemento,a tú lado todo adquiere sentido.De la noche más oscurame sitúas en el amanecer más radiante.No te vayas otra vezacepto tu cómplice compañíasin ti, nada valgocontigo lo tengo todo.Quédate, y no me digas adiós de nuevo.
93
No me importa que tu boca no pronuncie palabra algunaque a mis preguntas muchas vecessigua tu misterioso silencio.Silencio también guardan las flores de mi renaciente jardíny parecen más hermosascuando tengo que leer entre líneaslo que escriben sus tersos pétalos.No me importa que tus negros ojossean una mirada que se pierda a vecescuándo a mi mirada sedienta de tise escabullen y se pierden y se ocultan en otro espacio.Esquivas y silenciosas son también las mariposas que alegransin más palabras que las de un cercano vueloque extasía mi mirada.No me importa que tu voz sea un susurroque a veces no alcanza a percibirmis ya viejos y cansados tímpanos.Susurro hermoso es también la brisa de la tarde que siempre espero.Susurro que no alcanza a ser vozmucho menos sílabas y palabras,pero que trae noticias tuyas.No me importa nada de todo aquello, lo que importa es que estás junto a mi, y junto a ti, mi vida se llena de sentido,No digas nada, solo permanece aquí,a mi lado, junto a mi.
94
Pagaría hasta con mi vida,aunque estoy cierto, mi pobre existenciano vale nunca tanto.Podría hipotecar mis ojosque te ven por todas partes.Empeñaría mis torpes oídosque solo esperan el timbresigiloso, melodioso de tu voz.Renunciaría a mi narizaunque para elloen el expirar la última cuota de airese me fuera la existenciaDaría absolutamente todoporque tus labios pronunciaransólo por una única vezlas dos simples y grandes palabras.Pero eso es solo un sueño,esos labios dulces como la miel,no me harán nunca el regalo,de un "te quiero".
95
Los pajarillos han retornado a mi jardín.Temprano me sacó de la camaun despertador de renovados trinos.Voces celestiales extasían mis oídos,me levanto otra vez con ganas de vivir.Mi rostro dicen que está distinto,y, como no, anoche retornó la estrella fugazy muy de mañana, pajarillos con nuevos trinosme han dicho que no fue un sueño.Que la noche te trajo de vuelta a mis brazos.De antiguos y olvidados pososbrota de nuevo un manantial,todo el jardín viste un primaveral atuendo,todo es multiplicidad de colores,todo es vida, en esta hora, en que la noche te puso de nuevo aquí.
96
Cómo describir un sentimientoninguna metáfora resulta adecuada,todas se quedan cortas,solo sirven como analogíapero nunca podrán definir con exactitudesa placentera sensación de tenerte entre mis brazos.Se puede definir los saboresy alguien con refinada nariz puede incluso catalogar los aromas,pero jamás definir lo que suscitas en mi.Tus besos, tu aroma, tu cuerpo pagadito al mío; todo eso es infinitamente másde lo que mi aletargada imaginaciónpudo alguna vez soñar.Tampoco puedo decirque te necesito más que al aire que respiroporque es mucho más que eso.A tu lado lo tengo todo, nada me hace falta.Sin ti entro en el sinsentido.No puedo con palabras humanasdescribir lo que eres para mi;solo metáforas y analogías, para decirte que contigo soy feliz.
97
Un concepto que refiere a la ausencia de cualquier sujeto, animal, cosa... Ausencia de la materia, ausencia de todo. En lenguaje coloquial cosa o suceso Que no tiene mayor importancia. En matemáticas refiere a conjuntoque contiene nada sí y sólosi es un conjunto vacío.Físicos, filósofos, teólogoshan dejado noches sin cerrar las pestañaspara dilucidar el punto de cruceentre el ser y la nada,entre la nada y lo creadoentre Dios y la nada, entre el tiempo y la nada.Cómo saber que hay detrás de la nadapara los psicólogos signo de aburrimientosíntoma inequívoco de la angustia.para mí una necesidad de encontrar respuestas,para ti, tal vez nada, es nada.Para mi, si me conduce al todoes mejor que quedarme sin nada.Está bien, no digas nada,solo quédate a mi lado,no devuelvas mi existenciaotra vez a la nada.
98
Como una vieja enredaderaque alguna vez soñó con alcanzar las estrellashoy ramas secas que un día como verdes brotes se fue entrelazandosiempre empinándose por los muros.El tejido hermoso de las ramas hoy evoca confusión.Tejedor de enredaderas he venido a sery por los muros del amorempinándome egoístamente hacia el cielotermino haciéndote daño.Desliar las ramas no es asunto fácillos verdes brotes son ahora maderas secasque amenazan con quebrarsey en vez de alcanzar el cielocaer como leño muerto en el suelo.Amor, cariño, riesgos, inseguridad, confusión, sentimiento de culpamuchas aristas en la enredadera de mi vidainvoco del edén algún jardinero celestialque sin causar dolor y muertedeslíe la confusión de esta vieja enredadera.Alguien me dijo que la única manocapaz de desarmar este enredo era la mía.Pero esta mano es cobardeporque desliada la enredaderacon los sueños rotos y las ramas yaciendo en el suelo,temo que el viento traiga otra vez la soledad.
99
Hace apenas unas cuantas hojasque ya dejaron de existir en mi calendariopedía acelerar el paso del tiempopara calzarme otra vez de incansable caminante.Ahora que al viejo calendariono le quedan ya más hojasy dos relojes han ido parar al tacho donde descansan las cosas inútiles;ahora que la brisa primaveral te acercó otra ves a este jardín que comienza a vestirsede tiernas flores que son visitadaspor nuevas libélulas haladas;ahora que compré un nuevo relojel tiempo transcurre con demasiada prontitud.Ahora que me arrancas mil sonrisasahora que compartes mi humo nicotinosoque no tiene respeto por el ozono.Ahora que un añejado tequila trajo de vuelta tus besos.Ahora que te necesito más que nunca,ahora que te quiero mucho másde lo que imaginé que podía quererte.El tiempo se transforma en mi peor aliado.Ya no quedan más hojas en este calendario,no hay más compromisos en esta agenda,estos relojes ya no caminan másy yo aquí, esperando alguna manifestación,invoco a Cronos, Señor del tiempo,que detenga la agitada carrera del segunderoo que en el último instante de este ciclo,cuando la locura esté a punto de acogermeen sus posesivos brazos,seas tú la que me saque a bailar.
100
No, esta noche no quiero escribir,pero mi estúpida mente sigue trabajando.El corazón se siente oprimidoel aire es exhalado lentamente por mis fosas nasalese inspirado con una premura inusitada.Demasiados cigarrillos que se encienden,demasiados cigarrillos que se acaban, el aire se torna irrespirable en este cuarto, el calor sofoca, pero lamentablemente, no mata.El tiempo es mi peor aliadoy no soporto el olor del ron añejado.El pulgar de mi regordeta izquierdadivide por la mitad la mandíbula inferior, el cigarrillo otra vez se acaba y amenaza con quemar el resto de mis dedos.Busco una luz, y no la encuentroy raudo trascurre el tiempo.Sirve para algo esta torpe existenciaque a tu lado solo encuentra silencio.Cuando uno implora certezastodo se torna incierto.Porqué penetraste tan profundoen lo que otras solo rozaron, porque duele tanto perderte si nunca te he tenido.Porqué duele la soledad en el que siempre ha caminado solo,porqué descuece el silencioal que siempre ha debido guardar silencio, por qué ahora quiere certezas el que siempre ha invitado a la fe.Solo porque siento que me ato a lo que nuca debí haberme atado; porque las palabras redentoras decidieron hacer silencio.Y el tiempo sigue su cursoy ya no hay vuelta atrás,me introduzco en un callejón sin salida,no hubo señalética que lo advirtiera.
101
Ya, se acabó
éste juego llegó a su fin
no dejó a ganadores
todos perdimos algo.
Ya es hora de comenzar de nuevo
ésta era llegó a su fin.
Tú tiempo y el mío tienen
coordenadas distintas.
Yo, yo comienzo de nuevo.
Tú puedes continuar pensando finalmente, para mí,
siempre existirá París.
102
Me sobraron dos cigarrillosy unos cuantos minutos.Hice el camino de un día,con un teléfono inútilque ya no sirve más que para despertador.Tal vez otro sueño llega a su fino más bien el mismo sueñoque nunca rozó la realidad.No queda tiempo en los relojes,mañana ya casi es hoy.
103
Cuando el sol del verano amenazaba con calcinar mi testuzaparecieron los días grises.Será que la naturaleza puede estar triste?Comienzo a sacudirme de 23 años toda una vida, miles de sueñosque ha nueve días estoy de abandonar.Extremadamente nerviosos transcurren los díastodo lo nuevo resulta incierto, abandono una a una las seguridades;otros sueños me motivan hoy.Les dejo las mejores cualidadesque la naturaleza puso en mi.A ti te dejo lo que te pertenece,nunca supe si realmente lo querías, pero como es tuyo, contigo se queda mi corazón.
104
Ya, tiempo de mierda transcurre de unaesta noche te desafío porque tengo la certeza que te derrotaré.No espero ninguna certeza,ratifico cada uno de mis sueñosy quédate con todo aquello que me negaste.Quédate con tus apestosas botellas de ronlo incierto de comenzar de ceronecesita de un nuevo licor.No quiero ninguna señal celestialpara estos nuevos caminosno hacen falta brújulas.Por el camino del que camina solotranscurre este nuevo viaje.Si algo he de pedirque sea sabiduríapara despojarme del viejo abrigosin que la hipotermiame prive del último aliento vital.Bienvenida navidad,bienvenido año nuevo, en hora buena últimos días bienvenidos minutos y segundos en mi reloj nuevo.Y, si es necesario,también te acojoy te digo, bienvenida soledad.
105
Estas cuatro paredes están a punto de arrojarme lejos de sí.No soportan más, ya son 1500 nochesde soportar solo aire nicotinoso.Busco otras cuatro paredesque no teman al humo de mis cigarrosque sean capaz de soportar a un eterno soñador de utopías humanas.Busco un espacio propio, íntimoque me permita poner orden a mi vida,que me ayude a olvidar todo aquello que es mejor olvidar,que me motive a construirtodo aquello que soy capaz de construir.Cuatro paredes que sean míascomo míos son los sueños,como mías las esperanzas.Busco cuatro paredes y, tal vez,alguna soñadora que me sigaen la locura que ahora emprendo.
106
Qué haré en adelanteen la hora de los cigarrillosque están convirtiendo grisun auto que hace poco era blanco.Tal vez vuelva grises otros lugares.Este cuarto que ahora dejo también era albo.Tal parece mi oficio es contaminary tornar triste lo que ayer era sonrisa.En la hora del adiós veo nubes que traen lágrimas,vienen inevitablemente a mi mente los errores, pero no, nunca fue un error.Nada, aquí voy una vez máscigarrillo en mano, como siempre.Ya no hay vuelta atrás,si alguna vez preguntas por mi,por ahí estaré,nicotinando otros sitios, otras almas, pero siempre con el recuerdode aquel cigarro compartido.
107
Al fin y al cabosiempre tuve vocación de caminante.Me voy, Temuco es la próxima estación.Espero que allí el Pillán, espíritu milenario que habita en los volcanes, logre arrancarte de mí.Intenté por todos los medios quedarmeporque abrazaba alguna esperanza.Pero no, estoy emprendiendo la huída,no es nada más que una huída.Necesito sacarte de una vez, renuncio a todos los planes y proyectos que me sujetaban a este sitio.Huyo cobardemente.Necesito empezar de nuevoy sin ti, no soporto más este lugar.Arranco de tí, porque la locura se ha aproximado en demasía.Aunque también, ya lo sabes,mi corazón se queda aquí.Puse todas mis fuerzas, todas mis energíaspero no fue suficiente, a la postre terminé sufriendo la derrota más cruel.No puedo arrancarte de otra forma,por eso, lo mejor es cobardemente:Huir.
108
Otra vez el marque mira y me provoca,ya antes me despedí de tiy aquí me tienesparado en tu costa mirando el juego de las olas.Una vez vine aquíen busca de nuevos sueños,pero esos sueños envejecierony ahora he vuelto para abandonarlos,de pie en la misma costate los devuelvo.tus olas los alejarán de mi vistay tu sabrás que hacer con ellos.Yo, parto ahora en pos de otras quimerasque tal vez tu no comprenderás.Ya sabes, siempre tuve vocación de caminante,y ahora parto en busca de nuevas playas,de otras cálidas arenas,de nuevas juguetonas olas,de sueños que no envejezcande amores que sean de verdad.
109
Despojado del atuendoque me revestía de demasiados poderes,sin el aire de divinidad que comenzaba a ahogar.vuelvo a vestirme con antiguos harapos de la humanidad,con cientos, miles de incertidumbrespero con la frente en altocon la dignidad de quien no se traicionó a sí mismo.Vivo la hora cero,ubicado en el centro de la zona cero,a punto de cruzar la puertaque me deje mirando de frentea la nada y a la vez al todo.Aquí, comienzo de nuevo,otra vez el punto de partida es cero;pero los números resultan racionalesy no serán impedimento para los sueños,para las nuevas emociones y para los nuevos afectos.Despojado de todo,con la aljaba llena de recuerdos,con el corazón solitario y dolorido,pero con los ideales y sueños intactos;tenme miedo vida porque a dueloen este viejo puerto ahora te reto.
110
El mar trae ruidospero el ruido no trae respuestas,las olas alocadasse acercan una y otra vezsin que llegue hasta mis piesalguna botella portadora de un mensaje.Barcos de otras banderasse aproximan demasiado,pelícanos, alcatracesjuegan en el agua,las gaviotas entonan himnosque evocan otra despedidas.Desde el cielo han sido colgadas casas multicolores,luces que iluminan las noches.En este puerto hago testamentopido perdón a quien se ha defraudado,doy gracias a aquellos de los que todo lo que soy lo he aprendido.Dejo en estas costaslo que de mi constituya buenos recuerdosy ato a algún crustáceo lo que pueda empañar lo que he sido.Invoco alguna sirenacapaz de desprenderse de su colaque me acompañe en el nuevo viaje.Voy dejando la arena empapadamuchas lágrimas regaron la arenapero tierra salada y lagrimas saladasno engendran nueva vida.El corazón, no lo dejo, ni lo llevoya no es mío,se quedó enredado en otra parte.
111
En la hora del último alientose valora el fresco aromaque trae matinalmente la brisa de este mar, testigo mudo,de tantos y tantos sueños.Te contemplo en tu inmensidad,me contemplas en mi pequeñez.No es necesario el ruido de tus olas,no es necesario que pronuncie palabra alguna;se da por entendido, es la hora de adiós.De esta vida, inspiro el último sorbo,en estas aguas me contemplo por última vez.Tú seguirás en perpetuo ir y venir de tus olasyo dirigiré mis lerdos pasospor nuevos e inciertos caminos.Tal vez otro amanecer me sitúe en tus costascuando las heridas hayan cicatrizado.Hasta esa hora en que nos reconozcamos,los que compartimos tantos secretos,andaremos por distintas latitudes.Hasta entonces viejo amigo de este muelle,conserva mis recuerdos, mantén vivos los sueños;volveré con nuevas historias, y tal vez con otros amores.
112
Partido en dos mitades el sensible poeta que vive en mí pensaba en el mal de amores mientras el hombre de razón que es mi otra mitad filosofaba: Entre dos males Siempre es mejor el que hace menos daño. Entre dos amores siempre es mejor el que hace menos daño, aunque el te haga más daño sea el que te permite seguir soñando; el que hace menos daño es el que te posibilita vivir la existencia en paz. Aunque el que te haga más daño sea el que te recuerde que estás vivo; el que te hace menos daño es el de sentirte acompañado, cuidado y protegido, En conclusión: El que te hace menos daño, es el del amor desinteresado que solo recibes con la gratuidad de quien sabe no lo merece y sabe que por más que se esfuerce en corresponder de igual forma siempre será incapaz. Que de lo alto llegue una ayuda, yo también quiero ser aquel amor que haga menos daño si es que no alcanzo para ser regalo del mayor de los bienes. Pero, no, no puede haber conclusión: el dualismo permanece y en esta confusión sigo estando dividido
113
Aquellos días grises cuando otoño e invierno se confundían una mariposa triste alegró mis negros ojos. desafiando las leyes de la naturaleza permaneció solo con el alimento de un viejo pistilo que alguna vez fue bella flor. Mi niña, te bauticé. Y mi corazón viejo y tonto quedó por siempre amarrado a ti. Sin darme cuenta que los seres alados no pertenecen a ningún sitio y que solo aman la libertad. Hoy, que pertenezco a otro jardín dónde tus alas no alcanzan ha llevarte me siento acompañado de tu recuerdo. Mi corazón se quedó en otra parte, en otro tiempo, en los días de una mariposa de invierno. Hoy mi miente quiere alejarte pero mi corazón sigue el aquel jardín de la única mariposa que me ha permitido soñar.
114
No, no ha sido efecto del sol aunque mucho calor acompaña estos días No, no han sido saladas lágrimas las que han empapado este lecho. Es simplemente sudor, sudor de dos cuerpos alocados que se han confundido en un río de pasión. Calladas las sábanas, arrugadas las sábanas soportan nuevas envestidas de dos bestias humanas que sucumben a las elipses de un placer que parecía olvidado. Es una lucha que no tiene tregua como oídos que no escuchan razones. Es un enredo de entrelazados miembros de dos seres humanos que no pueden zafarse del grueso nudo que es la pasión.
115
No se en cual estación quedaron extraviadas tus huellas en algún polvoriento andén se confundieron con otras pisadas. En la hora en que se puso en marcha aquella vieja y negra locomotora me encontré solo en las duras butacas de aquel vagón de otro tiempo. El pasado quedó en aquella gris estación aquel día nublado en que extravié tus pisadas. Otras estaciones, otros soles, nuevas huellas acompañan hoy a mis pasos.
116
El mar continúa su eterno movimiento se acerca y se separa de mis calzados. Una brisa salada amenaza con mojarme; mis largos cabellos añoran un chapuzón. Colocado ante es esta playa frente a un mar de mucho oleaje, pisando arena empapada por unas lágrimas que no me pertenecen. El sol a esta hora ya está lejano a punto de esconderse en la inmensidad. Unas gaviotas peresosas persisten en su vuelo casi nocturno. Yo me largo, abandono esta costa, aunque amada, nunca me perteneció, lo retorno a sus dueños, las gaviotas con mis saladas lagrimas me construiré mi propia playa.
117
Antiguos vagones antiguos rieles locomotoras a carbón que desafiando años y temor de convertirse en chatarra inútil hace sonar una vez más su ronco silbato y deja atrás la vía muerta. Un negro carbón extraído a cientos de kilómetros hace rejuvenecer las antiguas palancas. El humo de mil cigarrillos se eleva al cielo. Tenue y soñador se oye el silbato visera sobre la frente sonríe el viejo conductor. Aquí vamos en busca de una nueva estación.
118
Desde las torcidas ramas de un árbol que no ha muerto solo porque sus raíces se refrescan en las placidas aguas del navegable río, con sus negras plumas y sus taciturnos ojos me saludaron los cormoranes. Uno al lado del otro cada uno apoderado de su rama me han visto pasar impávidos me recorren con su mirada. Me habla el contraste de sus alas con el verde de la totalidad del paisaje. Parecen carroña pavorosa, pero no, no lo son. Vigilantes del tránsito del navegable río, los cormoranes me hablaron y yo comprendí la señal. Atrás quedan esos negros plumajes, atrás los taciturnos ojos. Llegado al muelle de desembarque todo tiene otros colores, todo es algarabía. Los cormoranes ahora; solo recuerdo de otros días.
119
La vida es un árbol que se enreda con cada brote primaveral se entrelaza y confunde nuestra historia Cuando emergen las raíces y el objetivo es cobrar altura las ramas lo confunden todo y el movimiento ascendente se torna de pronto transversal. Las decisiones personales nada cuentan cuando llega el hortelano cuando el sueño se elevaba hasta el cielo la mano negra y callosa retorna nuestros sueños hasta el suelo. Ramas rotas que desprenden la sabia vital una decisión ajena que lo trunca todo y cubre de muerte el renaciente jardín. También es la vida que implica dolor una eterna lucha entre la muerte y la vida un eterno retorno del invierno a la primavera. Todo es justo y necesario, mi decisión y también la tuya. Necesario era el paso del hortelano para que surjan hermoso renovales a la vera de nuestros camino. Necesaria es la muerte y el invierno. Ya retornará otra primavera y con ella de nuevo la vida. Hoy te mantienes ligada a mi como un presente doloroso, mañana, tal vez, dulce recuerdo. La semana entrante habrá otro sueño. Es la vida: un eterno retorno, un dolor que va pasando, una esperanza que mantiene vivo a este eterno caminante.
120
En las hermosas tierras ancestrales, El trigo ya maduro me acarició esta tarde. Sembrado en primavera, en una tierra preparada en días de eterna lluvia. Hoy, amarillo, terso, oloroso, me acoges cuando renazco a la vida. Gracias por tantos otoños en los que me esperaste, gracias por tantos inviernos que preparaste el lecho, que recién este verano me acoge. Me aceptaste con todo lo que soy, me amaste con todo lo que carezco. Como el trigo ya maduro en la paciencia sabia de la naturaleza; con el tesón de quien aguantó los duros temporales, la vida te preparó para mi. Otro tiempo está naciendo, el tiempo que te pertenece y me pertenece, el tiempo del amor que esperaste, el tiempo que me regalan los espíritus sagrados de las montañas para poder recompensarte.
121
Un nuevo día una antigua esperanza los mismos viejos pasos por la antigua y conocida acera. La ciudad de los mares me está convocando. Las lagunas, ojos misteriosos comienzan a hacerme guiños. Vetustos y nuevos amores se aproximan en demasía. Este cansado y lastimado órgano se encuentra confundido. Los antiguos fantasmas aún perviven, pero para un hombre que renace a su vocación de eterno caminante no hay compañías que ahuyenten.
122
Cuántos más kilómetros serán necesarios para renovar un corazón estúpido que empeña en seguir pegado a las ruinas que hace poco dejó atrás. Cuántas horas más se necesitan para que no sea necesario oír el mital claro y dulce de aquellas cuerdas vocales que extasían mis oídos. Dónde guardo todos los recuerdos que no he podido mantener atrapados en estas viejas maletas que han recorrido 300 kilómetros para huir de lo que solo fue un sueño. Qué hago contigo, mi mente quiere, pero mi corazón se resiste a asesinar este fantasma tuyo que se asoma también en los nuevos caminos.
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Con Silvio comenzó esta historia en días de utopías y revoluciones: "Fusil, contra fusil" y una revolución que recién acabó cuándo tuve que simplemente decir: "dónde pongo lo hallado" ahora que eres la luna, los perros y todos los amigos. Tratando de encontrar explicaciones a éste paso de lo divino a lo humano, me respondió Alejandro Filio que no buscara otras respuestas, ya que simplemente: "Vienes con el sol". Ismael Serrano también sonó demasiadas noches y el "vértigo", se hizo pan de cada día. "Últimamente" planee una huída no fue preciso Marte, pero tampoco tendré que dar explicaciones. Llegó de Filipinas un tal Aute que me dijo que "te estoy perdiendo" que no todos los caminos llevaban hasta Roma, la vida es absurda y que a este mundo cuesta entenderlo; mientras tanto, me queda "sin tu latido". Entre tanto anduve envenenado besando otras bocas, buscando compensaciones, tratando de olvidarte, cuando, "y sin embargo" te quiero. Un gitano Andaluz llamado Sabina me acompaño en estos "19 días y 500 noches". No se lo que viene, ni siquiera se quien viene o quien regresa. Comienzo de nuevo y busco quien interprete los nuevos días; o tal vez sea yo quien deba poner música a mi pobre poesía. Busco en esta hora alguna machi que con sus hiervas y sahumerios, con un sonido lejano a trovadores, me devuelva el extraviado corazón.
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Solo cuando mis negros ojos se inclinan como queriendo mirar la tierra humedecida la vieja pupila la mente hace abandono de este hastío hasta perderse en otros tiempos que le transportan a recuerdos de aquellos días y a la compañía de una única compañía. Sí, es verdad, yo también reposé mi cabeza en pálidas nubes que contrastaron con el azul de un cielo entonces claro y nuevo. Es verdad, yo también me alimenté de las tibias caricias que el astro eterno nos regalaba en fríos de días de ese antiguo inverno en otros lares. Sí, todo es verdad, yo también tuve sueños. Entonces era hermoso reposar mi cabellera en aquellas plácidas nubes. Hoy, tal vez existan otros soñadores. Yo, no. Los muertos no soñamos Sino que dormimos un sueño eterno. La almohada se ha vuelto tosca y fría los sueños, son recuerdos de otros días.
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